El mes de octubre se celebrará en Gijón el IX Congreso Mundial de Bioética, donde se tratarán temas relacionados sobre "La violación contra las mujeres". Mucho se ha andado desde el nacimiento de la bioética en el año 1970, coincidente con el inicio de la crisis del estado del bienestar, donde ya se hacen extensibles los derechos sociales, económicos y culturales al campo de la asistencia sanitaria, lo que da lugar a un nuevo concepto de salud en el que esta se identifica con el bienestar.

Todos los esfuerzos hechos desde el campo de la ética weberiana de la "responsabilidad" más que la de "los principios" siguen manteniendo la lucha contra el paternalismo de la clase médica, obviando la autonomía del ser humano como enfermo a hacer con su enfermedad aquello que convenga determinar.

Se procura romper la parcela privativa de la relación médico-enfermo, donde prevalecía la obediencia casi divina al profesional, relegando la decisión del que sufre como secundaria y a expensas de las decisiones del primero.

El principio de autonomía tiene una estrecha relación con el nacimiento de la bioética, donde la relación médico-enfermo va mas allá de un simple reduccionismo, apareciendo la más genuina expresión del pluralismo y tolerancia en la gestión del cuerpo y de l a vida. "Toda la teoría del consentimiento informado debe verse como una nueva reivindicación de un viejo derecho humano, el de la libertad de conciencia". Así lo asume Pablo Simon en su tesis doctoral "Sobre el consentimiento informado".

La teoría del consentimiento informado que se introdujo en EEEU durante los años setenta ha venido a revolucionar, y a un cambio de paradigma sobre los derechos del enfermo ante la tecnología y ante las decisiones unilaterales de la clase médica. Supuso un aldabonazo a la modernidad, que se infiltra en la vida privada y familiar en los aspectos relacionados con la libertad de todos aquellos que parecían condenados a la sumisión, al silencio programado y al respeto por el ordeno y mando.

L a bioética desde el principio ético weberiano de la "responsabilidad" a la de la "convicción" se entrecruzan dando lugar en este maridaje al derecho de los enfermos a sentirse informados y a decidir autónomamente sobre su propio cuerpo lo que les ha venido impuesto a los médicos desde los tribunales de justicia, lo que explica el conflicto aún latente de muchos profesionales de la salud que continúan inmersos en una educación tradicionalista y paternalista.

Y en ese conflicto se debate la bioética desde su nacimiento basado en el reconocimiento a ser considerada una disciplina fruto del diálogo racional, plural y crítico.

Ante el avance de la tecnología médica y la posición autonomista del enfermo se definirá con más claridad la actitud médica del presente y del futuro.