Desde hace demasiado tiempo, la capital de Tenerife necesitaba de un potente impulso que la alejara de una intolerable desidia generada al amparo de intereses particulares en detrimento de los públicos. Unos pocos ejemplos, no suficientemente divulgados, están otra vez de plena actualidad a requerimiento de la Justicia, tal es la gravedad de los opacos beneficios dispersos que hoy salen a la luz. Nuestra ciudad, Santa Cruz, ha tenido que sufrir el paso de ilustres ineptos formando parte de distintas corporaciones que entendieron que la Casa de los Dragos pertenecía al patrimonio personal y que los votos de los ciudadanos les conferían una especie de patente de corso.

Bien; no hay mal que cien años dure y, afortunadamente, de esos especímenes quedan muy pocos manifestando su incultura y su desconocimiento de lo que significa urbanidad. Pero, por suerte, andan por ahí arrinconados (haciendo un poco de ridícula bulla) por un centro-derecha moderno, preparado y europeo (hay excepciones), formado por diferentes políticos que experimentan un nuevo giro a aquella actitud anclada, desafiando conocer la ciudad en distintos foros públicos y, en poco tiempo, han dado la vuelta a un montón de problemas que estaban escondidos, estratégicamente, en las correspondientes gavetas.

El alcalde actual, José Manuel Bermúdez, camina empecinado en que este pueblo siga siendo "acogedor, abierto, alegre, hospitalario, emprendedor, inquieto e inconformista". Fueron algunos de los calificativos (definitorios de su personalidad) pronunciados por el primer edil en el acto celebrado en el teatro Guimerá hace unos días y en el que se presentó la marca de la capital tinerfeña bajo el lema "El corazón de Tenerife", que servirá a modo de promoción de la ciudad como destino turístico con una planificación hacia un futuro inmediato que repercuta en distintos sectores del Chicharro y apoyada en inversiones estudiadas. Tanto es así que existe una previsión de 900.000 visitantes para el próximo año y, lo que es satisfactorio para cualquier ciudadano, estos turistas utilizarán, por fin, la nueva estación de cruceros, que estará terminada en lo que queda de este año. Un auténtico y necesario regalo por la mejora de los servicios que ofrece y por su estética atractiva y bien finalizada obra. Ya era hora de que llegase el fin de la anterior y horrorosa estación que era usada para todo menos para lo que fue diseñada.

Pero no terminan aquí las buenas noticias para Santa Cruz. Y es que, además de la inauguración de la nueva estación terminal de cruceros del muelle con instalaciones dignas, el Gobierno de Canarias, Cabildo, Ayuntamiento de Santa Cruz y Autoridad Portuaria van a ofrecer el muelle de Santa Cruz como "puerto base" de cruceros, atendiendo al flujo citado de cruceristas que nos visitarán en los próximos años. Pero también se celebrarán en Santa Cruz dos encuentros turísticos de alcance mundial: la "Seatrade Cruse Med", que es la feria de cruceros más importante de Europa y, asimismo, la presencia de la RTK, convención de las agencias de viaje independientes alemanas, con alrededor de 3.000 congresistas relacionados con el sector. Desde luego, todo esto pondrá al descubierto las capacidades de nuestras autoridades para saber abordar el mercado y los circuitos turísticos. ¿Alguien que lea estas líneas podrá creerse que hablamos de nuestra querida Santa Cruz?

No debemos pasar por alto que lo aquí desarrollado, y lo que aún resta por impulsar, se realiza sin la consabida colaboración del Gobierno central, en manos del PP, hoy ocupado en tapar sus vergüenzas económicas y totalmente desocupado en formar un Ejecutivo que atienda las necesidades de las distintas comunidades. Así y aquí, el túnel de la Vía Litoral, el encauzamiento del barranco de El Cercado, la ampliación de la depuradora de aguas residuales, el proyecto de la playa de Valleseco o la rehabilitación de viviendas (que duerme el sueño de los justos), esperan a que las diputadas y diputados del Congreso dejen de llamarse por teléfono, entiendan lo que es ser adultos, cobrando no trabajando sin ruborizarse y comprender el mensaje que el pueblo español les ha enviado desde las urnas.

No queremos ni imaginarlo, pero existe la posibilidad que, conociendo ya las trayectorias de Rajoy, Sánchez, Rivera e Iglesias, obliguen al Consistorio a cerrar las ventanas para que deje de circular este nuevo aire tan pernicioso para la ciudad..., como diría alguno de los ultras postergados. En otra ocasión, comentaremos algo más de lo proyectado en los despachos del Ayuntamiento de Santa Cruz para que su litoral sea envidiado por aquellos que, hasta hoy, han tenido el monopolio de atender a los que nos visitan.