Si hay algo que define nuestro maravilloso archipiélago es sin duda su vinculación con el mar, ese gran océano Atlántico que nos rodea. Qué fácil es enamorarse de ese horizonte azul, tan misterioso como hermoso. Sin embargo, nos empeñamos en usarlo como un inmenso vertedero en el que todo tiene cabida. Si Cousteau nos decía sabiamente que "sólo amamos aquello que conocemos", no es menos cierto que "si no lo vemos, no nos duele". Y por el hecho de estar a miles de kilómetros de nosotros, no podemos ignorar que allá por el Pacífico existe una extensión equivalente a casi 7 veces la superficie de nuestro país de basura flotante. Es sólo un botón de muestra de lo que le estamos haciendo a nuestro querido mar. Ese que todos nos enorgullecemos de amar.

No cabe duda de que el plástico se ha convertido en uno de los materiales más utilizados por la sociedad actual. Consumimos plásticos de una forma casi obsesiva, sin caer en la cuenta de que, como nos recuerda uno de nuestros empresarios más comprometidos, David Bustabad, "estamos hipotecando nuestro futuro si continuamos contaminando los océanos con nuestros residuos, particularmente los plásticos". Y lo dice alguien que lleva toda la vida vinculado al reciclaje, haciendo de ello un negocio rentable donde otros no veían más que problemas. Primero fue el reciclaje de los residuos de madera, luego los desechos electrónicos -"ewaste"- y ahora, en un claro afán por proteger nuestro entorno marino, está embarcado en un novedoso proyecto que implica "convertir los complejos residuos plásticos en nuevos hidrocarburos sustitutos de los que tienen un origen fuentes fósil". Si tan sólo consiguiéramos evitar que la gran maraña de plástico que consumimos acabara en el océano...

Cuando de verdad hay voluntad de cambiar las cosas, y se alinean adecuadamente los intereses públicos y privados en forma de políticas sostenibles, el resultado no puede ser otro que un respiro para el planeta. Son las pequeñas acciones las que sumadas nos harán conseguir alcanzar estos 17 Objetivos de Desarrollo Sostenible. En particular, este ODS-14, consciente de la importancia del mar en nuestro ecosistema, busca proteger toda vida submarina. Quizás no conozcamos exactamente qué esconde el océano -no olvidemos que sólo hemos catalogado en torno al 10% de las especies que se estima que existen en el mar-, pero sí sabemos qué lo puede dañar. Y casi siempre es la acción del hombre la culpable del deterioro progresivo de la vida marina.

No se trata únicamente de contaminar menos y reciclar más, sino de consumir de forma responsable aquello que el mar nos brinda, eliminando las actuales prácticas pesqueras que están esquilmando los recursos naturales. A pesar de que tenemos la percepción de que el mar es inmenso y todo lo aguanta, lo cierto es que su capacidad para soportar nuestra actividad es limitada. El calentamiento global del que hablábamos la semana pasada tiene efectos directos en los ecosistemas marinos, amenazando la vida de cientos de especies que se han desarrollado a una determinada temperatura en unas condiciones muy particulares. Como triste ejemplo, se ha constado recientemente que el 35% de los corales que conformaban la Gran Barrera australiana han muerto.

Para nosotros los canarios el cuidado del mar debería ser una prioridad. No sólo vivimos de cara al mar, sino que, junto con nuestro clima, supone un reclamo turístico que nos hace ser receptores de millones de turistas cada año. ¿Acaso crees que querrían volver si nuestras aguas no estuvieran limpias? Canarias debe abanderar la lucha por la protección del océano, pero no podremos hacerlo si no tenemos el convencimiento de que merece ser protegido. El mar, con su imponente fuerza, se muestra frágil ante nuestros continuos ataques.

De nosotros depende que la tendencia destructiva que hemos iniciado con nuestra forma de actuar cambie de rumbo. Como parte de esta política de concienciación, la Red Española del Pacto Mundial de la ONU viene desarrollando una serie de actividades dirigidas tanto a la sociedad civil como a las instituciones públicas y privadas, en un intento de sensibilizar a través de buenas prácticas empresariales que puedan servir de ejemplo, siempre con el ánimo de sumar. Santa Cruz de Tenerife será testigo de uno de estos importantes eventos el próximo jueves, 29 de septiembre, en una pequeña jornada que se desarrollará en el Real Casino de Tenerife a partir de las 11:30, y a la que te invito a asistir para seguir profundizando en el conocimiento de los ODS en la celebración de su primer aniversario.

*Profesor de Ética de la Universidad Europea de Canarias