Nos dice el filósofo Miguel Morey en su introducción al libro de Gilles Deleuze sobre Michel Foucault, que mientras para aquel es el deseo el que crea la realidad, para este es el poder quien lo hace. Para terminar con Blanchot: según éste es el enunciado (habla) lo que se antepone a lo visible (cosa). Sobra decir que Deleuze no cita en ningún momento (por razones cronológicas) a Pedro Sánchez ni al PSOE, a mi juicio lamentablemente, pero echa luz sobre ellos. Esta pequeña muestra puede servirnos para comprobar lo contingente, azarosa y quebradiza que puede ser la realidad. Pero también heurística: se puede inventar. Además de poder patinar sobre ella lo que se quiera.

Que la política haya arrumbado a las pizarras del esquematismo lógico más primario para fijar que A igual A, pero distinto de B, y su tercero excluso, supone una base indudable para la reconstrucción de la socialdemocracia, como corresponde al poder cognitivo de homínidos evolucionados. Con el trueque de Rajoy por el "cambio" en cuanto cambio, o sea AxB=B, nos mantenemos en la celda de la pizarra sin escapatoria posible. Para tratar de huir de la pizarra de Pedro Sánchez y el PSOE, hemos de acudir forzosamente a paradigmas no usuales, por la imposibilidad de hacerlo bajo los tradicionales marcos racionales intersubjetivos: como es la comunidad de hablantes de Habermas y Apel, al negarse aquellos a dialogar con el pecado mortal revaluado. Tan inaudito todo, que creo no hay más remedio que retornar a los veneros de la socialdemocracia. Sí, al marxismo, pero el del propio Marx. ¿No se habla tanto de socialdemocracia? ¡Pues venga!

A la disyunción binaria, las ecuaciones absurdas, la escolástica de la lógica elemental que ha abolido discurso y comunidad intersubjetiva de hablantes, hay que buscarles respuesta. Dado ese binarismo identidad /contradicción de estáticas incompatibilidades a tiza, se debiera dar un paso más introduciendo procesos con tres elementos. Pasar del binarismo a la tríada, lo que abriría las posibilidades analíticas del PSOE. Se trata de regresar a Marx y a su trinidad dialéctica compuesta por tesis, antítesis y síntesis.

A la tesis se le opone la antítesis, y de esa polaridad dialéctica surge la síntesis que supera esa contradicción. Además se podría hacer conforme a la dialéctica hegeliana que con su "aufhebung" integraría a parte de la tesis vencida, o directamente como manda Marx con una síntesis superadora que supusiera un salto cualitativo sobre los polos enfrentados ¿No? ¿Sí? ¿No?