El escenario de las conversaciones para arreglar el pacto de Gobierno está atascado. Primero porque los dos partidos -CC y PSOE- no se ponen de acuerdo en las garantías que se piden los unos a los otros y los otros a los unos para salvar la cara en los acuerdos municipales. Pero además porque por fuera se está formando una ciclogénesis explosiva que se cuece en el Cabildo de Tenerife.

El pacto de gobierno puede colapsar porque las carreteras de esta isla son un infierno. No es algo nuevo, ni atribuible a este gobierno.Viene de atrás. Pero este gobierno regional lo está gestionando con especial desacierto. Desde hace ya algunos años, la isla está manifestando claramente el agotamiento de un sistema viario en el que no se ha invertido lo que se tenía que invertir. Tanto la autopista del Norte como la del Sur han reventado costuras con interminables colas que tienen hartos a los ciudadanos que las utilizan y que ejercen una inusitada presión sobre los responsables del Cabildo de Tenerife.

Las turbulentas relaciones entre el Cabildo y la Consejería de Obras Públicas están llegando en estos días a una situación que parece anunciar una erupción volcánica. El presidente Carlos Alonso ha manifestado su "cansancio" porque, una tras otra, las soluciones que ha puesto sobre la mesa la corporación insular se retrasan inexplicablemente o no son aceptadas por el departamento de Ornella Chacón. El Cabildo está dispuesto a financiar las obras del cierre del anillo insular (el túnel entre Santiago del Teide y El Tanque) pero al ser una obra de interés regional necesita una delegación de competencias para licitar y ejecutar la obra con fondos propios, algo a lo que de momento se opone el Gobierno canario. Los recursos de que dispone la Consejería de Obras Públicas son escasos y se retrasan las licitaciones para empezar unas obras que luego tardarán años. Los problemas se agravan. "Se está incumpliendo el Pacto por Tenerife", dijo el otro día Alonso. Y detrás de esas palabras late una advertencia muy peligrosa.

Su posición se quiere leer en clave política: "Alonso se quiere cargar el pacto" dicen los socialistas. Nadie acusó a Jesús Morera, consejero socialista del Gobierno, de querer cargarse el pacto cuando exhibió una cruda evidencia: que la Sanidad de Canarias estaba peor financiada que hace cinco años y se le pedía que hiciera ajustes imposibles. De igual forma, es incontestable que Tenerife soporta un desfase en inversiones en carreteras y plantea hoy graves situaciones cuya solución probablemente requiera de muchos años y muchos millones que no llegan. Pedirle a Carlos Alonso que se calle es pedirle que se enajene de uno de los mayores problemas actuales de nuestra isla. Algo difícil de imaginar.

El presidente Clavijo hace equilibrios en esa tierra de nadie que es el nebuloso territorio de la neutralidad interinsular, pero va a tener que intervenir. Con independencia de que Alonso se extreme a veces en sus radicales opiniones --como es el caso de los inoportunos ''piropos'' que ayer dedicó al PSOE en el gobierno-- en el asunto de las carreteras le apoya una realidad innegable. Desentenderse de ella no hará sino empeorarla. Justo lo que ha ocurrido hasta ahora.