Un cálido día de otoño, un apacible almuerzo con amigos, una buena copa de vino y una sobremesa que comienza a sacar las intimidades de las parejas que allí se reúnen. Resulta divertido oír los comentarios que emanan de la boca de los diferentes interlocutores. Lo que dicen unos y lo que responden otras, es como si, de repente, los sexos se uniesen y comenzasen la batalla o defensa del tema a tratar en ese momento. Pasando por todos los clásicos, no puede faltar el tema favorito de todos... ¿Hablamos de sexo?

Entre risas e ironías, entre reproches soslayados, comienza el baile de las experiencias particulares, donde elogiando a uno, o censurando al otro, las cartas están sobre la mesa.

Al igual que en terapia, ocurre en situaciones sociales, los comentarios de la pareja, cuando están juntos, discrepan bastante de cuando están separados, salvo en las quejas más generalizadas: Ellos: ¡Ella nunca quiere! O ellas: ¡Es que es un pesado!

La verdad es que pasan los años y generación tras generación no salimos del mismo bucle, pero ¿qué podríamos hacer para invertirlo?

Miles de ideas golpean mi cabeza, ¿quitar años de cultura sexual? Complicado... ¿Un aumento de testosterona en el torrente sanguíneo femenino, o disminución en el masculino? Como que no... Pero que, en el plano sexual, el hombre sea más generoso y la mujer más egoísta, ¡ojalá!

Unos de los aspectos donde más recibe crítica el género masculino es la vehemencia del deseo; es decir, cuando llevan varios días sin sexo, suele ocurrir que el malhumor reina en la casa, frustrado e incomprendido, deambula desesperado en la búsqueda ansiosa de un atisbo de intimidad con su pareja, llegando incluso a tocar de forma reiterada e inapropiada partes íntimas, como si de un interruptor se tratase. ¡Señores! que eso, a su mujer, no le excita. Además lo que suele ocurrir es que ella cederá para que la deje tranquila "unos días"...

Ahora le toca al género femenino, probablemente será la mujer del caso anterior. ¿Cuántas veces tendrá que oír que ella nunca quiere? Comidas con amigos, reuniones familiares, se cansa siempre de oír la misma coletilla. Dentro de ella surge la rabia porque siente que solo "existe" cuando él quiere sexo, el resto del tiempo no le hace caso o no colabora en actividades para que pueda estar más desahogada y poder pasar más tiempo de calidad juntos y tener esas relaciones sexuales que ambos desean. La sensación de incomprensión y frustración es una constante también en la vida de ella.

Ahora bien, cómo pasar del ella siempre dice no, al ella, a veces, dice sí. Esto es un trabajo de pareja. Por parte de él, debes conquistar a tu mujer todos los días; no es agotador, basta con una palabra agradable, una mirada de deseo mientras sale de la ducha, un WhatsApp diciéndole lo maravillosa que es, o lo guapa que la viste hoy, un gesto de colaboración en la casa, pregúntale en que puedes ayudarla para aligerarle la carga del hogar; si te dice que en nada, insiste, probablemente piensa que tarda más en explicarte que en hacerlo ella, en algún momento tienes que aprender, ¿no? Se trata de hacerla sentir importante para ti, hace tiempo que solo lo siente cuando tienes ganas de sexo, y eso, la hace sentir un objeto. Solo por simple orgullo o rabia te dirá que no, ella quiere sentirse querida y deseada. Quiere sentir que gusta. Si se ha abandonado un poco, halágala igual, eso hará que se active y quiera ser más codiciada a tus ojos y al de los demás, un poco de alimento a su ego y por consecuencia una subida de autoestima no está mal en estos momentos.

Por parte de ella... ¿recuerdas que el sexo es maravilloso?

Te toca empezar a hablar y a que tu pareja te escuche, dile que necesitas en tu día a día para sentirte más querida. Tendrás que quitarte una serie de pensamientos erróneos que hay en tu cabeza, probablemente inculcados por la educación, la cultura o la sociedad. Lo primero no es la limpieza, no. Lo primero es vuestra felicidad, y para ello la complicidad es básica, el compartir responsabilidades, el respeto, el compromiso y la pasión deben bailar al unísono. Eso es algo que tenéis que crear vosotros. Si las necesidades de vuestra pareja en el aspecto sexual son mayores que las vuestras puede ser o que tu sexualidad esté algo dormida y habrá que despertarla, o que estéis descompensados y haya que buscar un punto de encuentro, ni para ti, ni para él, cedemos los dos. Y, ¿cómo despertamos nuestra sexualidad? Nuestra sexualidad tiene varios componentes, físicos y mentales, cuidar nuestro cuerpo, sentirnos guapos es importante, el deseo empieza por los ojos y el olfato, la higiene es primordial, desprender buen olor seduce...

La mente, habrá que tenerla calentita, muy calentita, la lectura de libros eróticos, algún vídeo en la web que te de nuevas ideas, imaginarse situaciones con tu pareja, leer sobre nuevas posturas o alguna información extra en internet no estaría de más. Recuerda que las mujeres necesitan más tiempo de preliminares (cerca de veinte minutos más) si a lo largo del día has estado pensativa, ese tiempo se reduce, y entonces, cuando llegue a la cocina, mientras tú estás preparando la comida de mañana, se acerque por detrás, te bese en el cuello y te toque suavemente cualquiera de tus partes íntimas, piensa... ¿y por qué no?

*Psicóloga y terapeuta sexual

http://anaortizpsicologa.blogspot.com.es/