Deambulan los socialistas-obreros españoles manifestando por toda España que en la organización existe una indudable democracia interna, hecho perfectamente constatable aquí, en las Islas, donde cada día la denominada cúpula (Patricia Hernández) nos recuerda aquella etapa vergonzosa transformada en un magnífico paripé cuyos protagonistas, Borrell, Almunia, Bono y Zapatero, ofrecieron al estupefacto ciudadano un espectáculo jamás representado desde el inicio de la Transición. Otros acontecimientos (pura hipocresía) los han recogido algunos integrantes del Partido Popular y Ciudadanos, incapaces de incorporarse a las corrientes europeas de las derechas civilizadas, eligiendo anclarse en la nostalgia vetusta. Parece que España, es decir, nuestra nación, forma parte de una problemática ajena y sólo importa cobrar del erario. Las incertidumbres y el caos revolotean por encima de cabezas ya raídas por el paso del tiempo y de innumerables maquinaciones que han generado un entorno lleno de efectos nocivos y graves provocados por algunos pájaros encubiertos y silenciados. Con este panorama político, contaminado por las execrables maneras de Podemos, ¿quién deposita su futuro cercano en estos políticos preocupados únicamente por su supervivencia?

El presidente del Gobierno de Canarias, Ejecutivo que pertenece a ese conservadurismo civilizado, viene demostrando, aunque sin adelgazar prebendas, que lo que sucede aquí le turba. Y para ello no duda en aventurar una propuesta de encuentro integral de todos los máximos responsables de las comunidades autonómicas para intercambiar situaciones que les atañen. La vicepresidenta del Gobierno central, Soraya Sáenz de Santamaría, ha recibido positivamente la iniciativa, aunque, según los presupuestos previstos para Canarias, calificados por su propio partido en las Islas como de "tramposos", es posible que se produzca un aplazamiento "sine die", no vaya a ocurrir que entre unos y otros comiencen a reivindicar dineros que duermen en las gavetas. De cualquiera de las maneras, la idea está ahí, y a Canarias le conviene azuzar un espabilamiento económico simplemente preguntando por qué a un determinado español se le dedica más dinero que a otro. El ministro Montoro seguro que tiene contestación a este interrogante.

Con este escenario, las pocas autoridades canarias que aún quedan con las ideas claras no han perdido de vista al cercano continente, aunando criterios, intercambiado experiencias, estudiando lo por hacer y analizando las realidades y expectativas de unos mercados que están ahí pero que no se les ha prestado la atención y beneficios que resultan, indudablemente, mutuos. Así, con esta mochila, el presidente Clavijo se marchó a las islas de Cabo Verde con un objetivo: conseguir que Canarias se convierta en el paso político de los intereses caboverdianos entre España, Portugal y la Unión Europea. Azores, Madeira, Canarias, Cabo Verde y las Islas Salvajes forman la Macaronesia y, aunque estas últimas están deshabitadas, en los otros archipiélagos existe el interés de que se llegue a una personalidad jurídica propia. Cabo Verde no pertenece a Europa, pero en el citado encuentro se dialogó sobre la posibilidad de que se convierta en una extensión de Azores, Madeira y Canarias. Ahora mismo, Canarias y Cabo Verde comparten 42 proyectos financiados por la Unión Europea. La pasada semana, la compañía Binter comenzó a operar entre aquellas islas, conectando ya las nuestras con Marruecos y Portugal. Canarias ha creado empresas en Senegal, Cabo Verde, Marruecos, Nigeria, Ghana y Guinea Ecuatorial, donde se desarrollan actividades tales como las energías renovables, conectividad e informática, innovación energética, banca electrónica, derecho de propiedad intelectual, aeronáutica, infraestructuras... En fin, finalidad la de Clavijo que persigue convertir a Canarias en camino obligado para aquellos que viajen desde cualquier punto de África Occidental a Europa.

Dentro de la crisis que Canarias no ha originado (es aconsejable vigilar dónde van a parar los dineros que generan el turismo y las grandes superficies), parece que asistimos a un despertar de la diversificación de la economía. El presidente Clavijo está empecinado en ello. Pero, según Fomento, se pone en venta Aena para los amigos del Gobierno Rajoy, operación que deja sin competencias a Canarias en ese puente negociado en Cabo Verde. De nuevo, el experimento secular desde la metrópoli con nuestras Islas ha estallado.