"Abuela cachonda de gran lengua, dispuesta a todo" fue uno de los anuncios por palabras que más me han fascinado. No para tener sexo con ella, pero desde luego una proposición así despierta la imaginación de cualquiera. Uno se llega a imaginar a alguna amiga de su propia abuela poseída por Belcebú, dando rienda suelta a la lujuria más desquiciada. Una auténtica vieja verde. Yo una vez me tuve que zafar de un negro que quería algo conmigo y empezó a correr detrás de mí dando vueltas a una mesa de billar. Pero tengo 15 testigos de mi feliz huida. Ayer me puse a leer, con la productora de mi programa de radio, los distintos anuncios que hay en este mismo periódico para mantener sexo, todos bajo el epígrafe de relax.

Cuando todo este mercado ha pasado a internet, seguimos encontrando un buen número de llamadas al goce desenfrenado en los periódicos de papel. Esos que se leen en un bar cuando nadie te ve. La gama de servicios y las prestadoras de los mismos van desde una "rubia ucraniana despampanante, cuerpazo, puro placer" hasta nuestra versión más autóctona, que es la Mery de Santa Úrsula "rellenita, madurita, morena y cariñosa". Entre anuncios donde las palabras no se miden, encontramos al macho Alex bisexual o la travesti Sandra, que nos ofrece todo lujo de locuras por 20 euros. Y si toda esta sórdida venta no deja de llamar la atención, lo más alucinante es que hasta la vieja verde del comienzo, la amiga de mi abuela, tenía la agenda llena para recibir clientes. Yo lo flipo, cuánto viciosillo...

@JC_Alberto