Se dice, y creo que muy indebidamente, que Podemos, como populistas de izquierda que son -pero que coinciden en lo esencial con los de derecha-, ha traído a España una fantasía: las soluciones simples a los problemas complejos. De este apotegma -absolutamente injusto- habrá que extraer la conclusión de que antes de su irrupción, la izquierda a partir de Zapatero cultivaba los enfoques de los grandes problemas con prospecciones y diagnosis rigurosas, graduación de métodos, técnicas y tiempos de resolución. Cuando era exactamente lo contrario. Fernando Vallespín ha sido el último en denunciar que la política ha desembocado en tuits de 140 caracteres, campo preferente del discurso político. Sin embargo, no veo por ningún lado que se haya superado el formato pancarta. A pesar del aburrimiento que supone repetir las mismas cosas: los significantes más bombardeados a la opinión pública, debido a su elevadísima intención moral, que desactiva el ofrecimiento de alternativas, son: "Rajoy", "precario", "recortes". A los que sobrarían muchísimos caracteres en Twitter. En realidad, esta izquierda intuye que, desplomadas las grandes teorías, no queda otra que la prórroga del método pancarta hasta la victoria final.

Si alguien en una entrevista, examen o prueba sostuviera, hablando de empleo, crecimiento económico o pensiones, lo que sueltan los políticos con su percusión tam-tam, no los superaría ni de broma. Se ha simplificado la política al vagido de esos significantes (tres o cuatro) como arietes morales. Decir recortes, precario..., supone un juicio moral con dos ventajas incontestables: moralmente se proponen como malheridos de solidaridad y humanitarismo, y se presenta al Gobierno como perverso, degenerado, inmoral, que busca deliberadamente el daño. Hay otra ganancia más: evitar que haya soluciones (el todo fatal), de hacerse la cuestión técnica, funcional... y soluble. ¿No hay inteligencia en España para hacer recortes en las facetas menos perjudiciales y organizar el ahorro? Perderían el único discurso: el moral (la España profunda de máscaras sociales), porque no hay cognitivo.

Se deroga la reforma laboral porque es cruel y obra de gente que persigue dañar a los que les pueden votar: ¡oh, cielos! Es suficiente derogar, no tienen una sola alternativa.

Distingo la capacidad, rigor y resultados de la insolvencia, demagogia y falta de ideas. Quién puede ser más solvente y fiable: ¿el FMI o Margarita Robles, Draghi u Odón Elorza, Merkel o la gestora del PSOE, los grandes expertos internacionales o la Madre Superiora Carmena? En sus oquedades cognitivas aplican necias jaculatorias (haciendo de la parte el todo) a resultados científicos y hechos objetivos.