La cinegética en Canarias está tan tan rara que metes el palo en una madriguera buscando que salga un conejo y acaba saliendo un zorro. Y, claro, te llevas un susto que se te ponen los pelos de punta. No es el caso de Román Rodríguez, que tiene el pelo blindado. Pero lo cierto es que metió el palo en La Gomera, esperando que saliera Casimiro Curbelo y acabó sacando en La Palma las orejas de Asier Antona.

El líder de Nueva Canarias pidió que los socialistas de Casimiro y los populares de Antona se retrataran de una vez en si apoyaban o no al Gobierno nacionalista de Clavijo, porque esa inquietud le estaba quebrantando el alma. Y entonces le contestó el líder del PP diciéndole que como tanto se habla de una moción de censura, como tantas ganas tienen -por lo visto- de mandar al banquillo a los de Coalición, que los populares estarían dispuestos a participar en una censura a Clavijo siempre y cuando se diera el pequeño detalle de que el presidente del nuevo Gobierno fuera del PP y concretamente el propio Antona.

Canarias ha sido siempre una tierra surrealista, así que no se puede decir nunca de esta agua no beberé y ese cura no es mi padre, pero resulta bien difícil de pensar que la muchachada de Podemos o la militancia de Nueva Canarias se fundieran en un abrazo con los socialistas y los populares para jeringar a los nacionalistas que hoy gobiernan. No es que sea imposible, que no lo es, sino que es muy improbable.

La clave de todo este mejunje de declaraciones cruzadas y tejemanejes está en Madrid. Si Mariano Rajoy saca adelante los presupuestos con el voto del PNV y de Coalición, es más que probable que los populares en Canarias reciban el plácet de Madrid para pactar con los nacionalistas y entrar en el Gobierno (o apoyarles desde fuera sin entrar). Si por el contrario Rajoy necesitara del PSOE y los socialistas aceptaran clavarse en las tripas otra foto de familia con los conservadores como la de la investidura de Rajoy (para alborozo de Pablo Iglesias), lo que podría pasar en las Islas es que se trasladaran los favores recibidos en una alianza entre ambos partidos. Y si no pasa nada de esto porque los Presupuestos Generales del Estado no se logran aprobar, lo que parece más seguro es que Mariano Rajoy convoque elecciones anticipadas para mayo, y entonces esto se convertirá en una pelea de todos contra todos.

De aquí hasta allí, por mucho palo que Román Rodríguez meta en la madriguera, no va a salir ningún conejo. El despliegue de saliva de los líderes políticos en las Islas es un puro fuego de artificio para consumo de sus propios aparatos y militancias. Del pleno extraordinario del Parlamento convocado para la semana próxima, en donde Fernando Clavijo explicará las razones de la crisis de Gobierno a una selecta audiencia de parlamentarios, va a salir menos luz que de un fósforo. Sólo titulares, que es a lo que vamos.