Este año, concretamente el día 27 de octubre, se celebra el centenario del nacimiento del insigne científico canario D. Antonio González y González, natural del Realejo Alto (hemos de recordar que fue en el año 1955 cuando se produjo la fusión de los municipios de Realejo Bajo y Realejo Alto, para convertirse en uno solo, Los Realejos). La magnitud e importancia de su trabajo científico hace que sea considerado, sin ningún género de dudas, como uno de los más importantes de la Historia de Canarias, recordando al tinerfeño Agustín de Bethencourt, el gran ingeniero español-ruso (enterrado en el panteón de ciudadanos ilustres en el cementerio de San Petersburgo), y al físico lanzaroteño Blas Cabrera, sin duda el padre de la Física española.

Hay que recordar que D. Antonio González es el único canario que ha obtenido el premio Príncipe de Asturias (ahora denominado Princesa de Asturias) de Investigación Científica y Técnica, concretamente en el año 1984. El acta del jurado indicaba que se le concedía "al profesor D. Antonio González González, de la Universidad de La Laguna, fundador del Instituto de Productos Naturales Orgánicos del Consejo Superior de Investigaciones Científicas, en atención a su labor desarrollada a lo largo de una vida de intensa dedicación en el campo de la química de los productos naturales. Ha identificado un extenso número de compuestos metabólicos de vegetales y organismos marinos, realizando estudios sobre su biogénesis, síntesis química y papel biológico. El profesor González ha creado una escuela cuya labor tiene repercusión internacional y, en particular, en el ámbito iberoamericano".

No cabe duda de que nos encontramos ante un grande de la ciencia.

Y fue un gran gestor. Rector de la Universidad de La Laguna -designado rector honorario, ya que probablemente ha sido el mejor de la Historia-, su actividad incansable supuso una importante revitalización para el centro universitario, que redundó en convertirse en un centro educativo importante en la década de los sesenta del siglo XX.

Además, cabe señalar que D. Antonio fue decano de la Facultad de Químicas de la Universidad de La Laguna, elevándola a categoría mundial. Basta recordar una anécdota. Se celebraba el Congreso Mundial de Química en un país sudamericano, y dada la relevancia de sus investigaciones, que a punto estuvieron de otorgarle el premio Nobel, un científico japonés le preguntó: "La Universidad de La Laguna en España, ¿dónde está? ¿En Madrid o en Barcelona?".

D. Antonio fue, asimismo, el fundador del prestigioso Instituto de Productos Naturales, Instituto de Biorgánica (IUBO) adscrito a la ULL -acrónimo por el que es conocido actualmente en la Universidad de La Laguna-, donde se desarrolla una labor encomiable y donde se han formado multitud de científicos.

Por otro lado, cabe destacar su faceta "política", en el sentido de que fue nombrado por el rey emérito Juan Carlos I como senador real en las Cortes Constituyentes de 1977, que elaboraron la Constitución de 1978. En el momento de su designación, fue célebre la anécdota en la que, al ser llamado por teléfono por el propio rey de España, pensando que no fuera cierta la llamada le indicó "ahora no puedo atenderle, estoy trabajando".

Recuerdo a Antonio González y González, con el que tuve la suerte de conversar en numerosas ocasiones, como una persona entrañable, cercana, muy humana. Un centenario, el de este año 2017, que estará repleto de homenajes, semanas científicas, seminario y conferencias en recuerdo de su trayectoria científica y humana.

Todos los homenajes serán pocos en toda Canarias y en Los Realejos para glosar su inmenso y fructífero legado.

*Presidente de TuSantaCruz