En apoyo a las mujeres, hoy ataco a Ana Mato, maldigo a Rosalía Iglesias y me enfrento a la infanta Cristina. Estos días, en los juzgados, ellas representan el tipo de mujer que nuestra sociedad detesta. Sus maridos: Jesús Sepúlveda, Luis Bárcenas e Iñaki Urdangarín están siendo juzgados por irregularidades de dinero millonarias, pero ellas cuentan que lo desconocían todo, que no sabían nada. Y se hace muy difícil creer que, por mucho que te declares mujer florero, seas incapaz de preguntarle a tu marido, a ese con el que compartes la cama, cómo demonios puede dilapidar 30.000 euros en una fiesta de cumpleaños, de dónde saca el dinero para los viajes a Euro Disney o qué demonios pinta un Jaguar nuevo en el garaje.

Intento hablar de algo tan básico como es la inquietud; de esa curiosidad tan sana que subyace en todos, pero que las tres citadas alegan no tener. Y España no está para más tomaduras de pelo. En apoyo a las mujeres me niego a aceptar que algunas se hagan las bobas para salir indemnes de todo. No deseo que sea admitida la estupidez estereotipada de la mujer como carta de veracidad en ningún orden ni como excusa alguna. La Justicia tiene sus regidores y serán ellos quienes allá decidan, pero aquí, en la sociedad y en el día a día, somos nosotros los que catalogamos y ponemos nombre a las mujeres que prefieren perpetuar su encefalograma plano antes que enfrentar la vida. Además, es nuestro deber.

@JC_Alberto