El Ministerio de Empleo y Seguridad Social publicó recientemente los datos que reflejan que el paro descendió en Canarias en 1.874 personas en febrero, una caída del 0,81 por ciento respecto al mes anterior. Aun así, estamos ante una tasa de desempleo inaceptable que se sitúa en un 26,01 por ciento. Esta realidad cambiante y condicionada principalmente a la evolución del sector turístico nos lleva a interpretar otros factores del mercado de trabajo.

En el pasado, y también en el presente, vivimos una preocupante realidad relacionada con la discriminación en el mercado del trabajo y la desigualdad entre hombres y mujeres, que tiene también graves efectos negativos sobre las futuras generaciones que contribuyen a perpetuar las desigualdades, tanto en el mercado del trabajo como en los hogares.

En este campo, es importante destacar que existen grandes variaciones en el mundo en cuanto a la desigualdad en el empleo por razón del género. La región de Asia y el Pacífico muestran un bajo nivel; Oriente Medio y el Norte de África reflejan el más alto, mientras que los países OCDE y los países europeos con economías en transición tienden a mostrar unos niveles próximos a la media de todo el mundo.

Es el mercado de trabajo el que evidencia algunos de los cambios que se están registrando en esta rígida distribución de roles y tareas. Se consolida y expande el modelo de "doble presencia", desdibujándose la dedicación exclusiva al ámbito doméstico.

En Canarias, el mercado de trabajo ofrece unas características muy determinadas, con un claro sesgo al sector servicios, lo que ofrece un escenario de perfiles profesionales segmentados. Debemos tener en cuenta que no es un problema de las mujeres, sino que es un problema de hombres y mujeres. Un indicador alarmante para Canarias es que es la segunda comunidad autónoma, sólo superada por Castilla La Mancha, en el "ranking" de mujeres paradas de larga duración.

Tanto el Gobierno de España como el Gobierno de Canarias deben impulsar iniciativas orientadas a acabar con la desigualdad, con la brecha salarial y ofrecer garantías y protección a las mujeres y hombres que trabajan. Resulta imprescindible concienciar y sensibilizar a las empresas de la necesidad de implantar planes de igualdad de oportunidades e incentivarlas con acciones positivas para la contratación de mujeres, especialmente en sectores masculinizados, reforzar la coeducación para destruir los roles y estereotipos tradicionales que subsisten en la sociedad.

Estas actuaciones deben trabajar estrategias con carácter transversal y han de pivotar sobre el sistema educativo y las líneas de acción social del Gobierno.

En definitiva, este cambio debe incorporarse definitivamente en nuestro tejido social a través de un cambio de mentalidad que permita avanzar desde la distribución de las tareas hasta el equilibrio en las condiciones laborales de hombres y mujeres que permitan acabar con la segregación del mercado de trabajo.

*Portavoz de Empleo del Grupo Parlamentario Socialista Canario