Es la pretensión de las grandes causas sociales, pero también de las empresas. Es detrás de lo que todos van en el mundo del "marketing", pero que pocos consiguen. Hablamos de encontrar lo que se ha buscado siempre, sólo que hoy aplicado a internet: conocer la mente humana. En un concepto de nuevo cuño, la "viralidad" se entiende como la capacidad que tiene algo para reproducirse, multiplicarse y expandirse. Aplicando el término a la comunicación, podemos encontrarnos con vídeos virales o con mensajes en la misma línea. Las emociones intensas y las ganas de compartir algo que entendemos que ha dado en el clavo parecen ser el mínimo común denominador de las acciones virales; pero no se deje engañar: es imposible predecir el porcentaje de "viralidad" que va a conseguir algo.

Y eso la hace maravillosa. No se pueden controlar ni los sentimientos de las personas ni cómo vamos a reaccionar ante algo. Al menos, no siempre. La "viralidad" en los mensajes lleva implícito algo intangible que tiene que ver mucho con la humildad y la bondad. Con la lucha más íntima por lograr un mundo mejor para los que más queremos. Desechamos lo despótico y lo que nos viene impuesto, solamente compartimos lo que creemos que viene de alguien "bueno". Hoy la "viralidad", como las personas y sus cabezas, es una gran sorpresa, algo que no buscamos pero, sobre todo, algo ingobernable.

@JC_Alberto