Ric Elías es el superviviente de un aterrizaje forzoso que se produjo sobre el neoyorquino río Hudson. Viajaba en primera fila y aquello le cambió la vida. Nos cuenta algo aterrador: "Iba a 900 metros de altura y de repente el avión se llena de humo y empieza a sonar un clac, clac, clac en uno de los motores". Miró a la azafata y esta le dijo que habían perdido un motor, pero entonces se escucha otro estruendo y pierden el segundo motor. Cuando Elías iba a volver a preguntar a la azafata fue cuando se escuchó la voz del piloto: "Prepárense para el impacto". En aquel momento supo que se iba a morir y pensó tres cosas: la primera, que todo cambia en un instante. Este empresario pensó en todo lo que quería hacer y no hizo, en toda la gente a la que le quiso decir que la quería y no lo hizo. Desde ese instante, aprendió que no hay nada que aplazar en la vida.

La segunda cosa en la que pensó es en la cantidad de tiempo que había perdido por culpa de su ego: ese tiempo que había desperdiciado en cosas que no importan con gente que sí importa. Hoy nos dice que no ha vuelto a discutir con su mujer, y que entre tener razón y ser feliz, elige ser feliz. Y el tercer asunto del que nos hace partícipes es que morir no da miedo, lo que da es una tristeza enorme porque amas la vida. Por una fabulosa pericia del piloto, Ric Elías está vivo y nos asegura que todos vamos en un avión que se puede estrellar esta noche. Ante la posibilidad de que se nos acaba la vida hoy mismo, nos invita a responder a una sola pregunta: "¿Estamos siendo la mejor persona que podemos ser?".

@JC_Alberto