La inauguración, esta semana, de un tramo -en concreto desde El Risco hasta la rotonda de Andén Verde- de la carretera de acceso al municipio de La Aldea, en Gran Canaria, supone una alegría para los vecinos de este municipio, que muchas veces se quedaban aislados por los derrumbes en la citada vía. No obstante, debe servir de reflexión a los responsables públicos de las instituciones tinerfeñas, que continúan clamando en el desierto para que se cierre el Anillo Insular de carreteras de esta Isla. Dos obras prioritarias, tanto para Gran Canaria como para Tenerife, pero que, sin embargo, han corrido distinta suerte. ¿Por qué? Eso es lo que se preguntan muchos habitantes de esta Isla. ¿Existe alguna mano negra en la Consejería de Obras Públicas del Gobierno de Canarias? ¿Son más hábiles los responsables del Área de Carreteras del Cabildo grancanario que los del tinerfeño? Se desconoce. Lo que sí está claro es que el viernes se inauguró un tramo de la vía que une La Aldea con Agaete, que incluye un túnel de 3,176 kilómetros, el más largo de Canarias, mientras en Tenerife no se sabe aún en qué momento se cerrará el Anillo Insular. ¿Hasta cuándo va a seguir esta Isla callada? Los 15 millones incluidos en los Presupuestos Generales del Estado de 2017, anunciados ese mismo día por el presidente insular del Partido Popular, Manuel Domínguez, como un gran logro, son insuficientes. Se necesita más dinero. ¿Es consciente de ello el consejero regional de Obras Públicas, Pablo Rodríguez? ¿Qué montante del futuro Convenio de Carreteras va a destinar a este fin? Porque se le escucha hablar de proyectos de gran relevancia para Gran Canaria, pero apenas abre la boca para referirse a los de Tenerife. Ojo, pues quizás su candidatura a la secretaría de CC en la isla hermana termine pasándole factura a los tinerfeños.

El informe del Diputado del Común, acerca de la "catastrófica situación" de la dependencia en Canarias, viene a incidir en un problema que las Islas arrastran desde hace ya varias legislaturas, el solapamiento de competencias por parte de las distintas administraciones: autonómica, insulares y locales. No sería justo achacar lo que está pasando a la actual titular de Políticas Sociales, Cristina Valido. Ni tan siquiera a la anterior, Patricia Hernández, que intentó ponerle solución, pero sin éxito. Habría que remontarse más atrás. Pero como no se trata de culpar a nadie, sino de buscar el camino para resolverlo y, de paso, dejar de perder dinero -muy necesario para todas esas personas que ahora mismo necesitan ayuda-, convendría aunar esfuerzos para que esa nueva estructura "eficaz, transparente y cercana" que pretende diseñar Valido sea realmente lo que precisa el Archipiélago.

El desarrollo de la playa de Las Teresitas es otra de las cuestiones que se vienen demorando en el tiempo por culpa de unos y de otros, y la verdad es que a los usuarios les importa más bien poco. El problema es que no se avanza. Todo lo contrario, se retrocede. Lo ocurrido con los quioscos es para echarse a llorar y no parar. ¡Por favor, busquen una solución a los servicios de la playa y dejen de marear la perdiz. Ya está bien!