Siguen percibiéndose cambios profundos en los consumidores y vemos cómo aumentan las ventas del comercio "online" de manera exponencial, mientras que el comercio habitual lleva siete años consecutivos de caídas en las ventas.

También asistimos a la paulatina desaparición de los periodos de rebajas ante el empuje de las reducciones de precio hasta tal nivel que, en el conjunto del Estado, el volumen de ventas en las rebajas de Navidad 2016 se redujo a la mitad.

En el año 93 el 59% de las familias compraban en tiendas pequeñas multimarca y hoy sólo lo hacen el 20%, mientras las compras en cadenas subieron del 9% al 31% y los "outlet" subieron desde el 0,9% al 15%. Un aviso a la economía canaria, que vive y genera empleo fundamentalmente de los servicios y del comercio en particular para no olvidar la necesidad de acometer un plan estratégico del comercio interior y orientado al turismo.

Mientras tanto, tenemos que seguir apuntalando la actividad económica simplificando la burocracia legislativa y administrativa, mejorando el acceso de las empresas con sede en Canarias a los concursos públicos.

No debemos olvidar que la obra pública es un poderoso factor de tracción económico junto a las bondades económicas y fiscales de las Islas, y que cuantas más empresas canarias sean competitivas para acceder a la licitación pública, mayor capacidad de generación de empleo y oportunidades empresariales tendremos.

Todo ello sin perder de vista las nuevas fuentes de negocio y empleo, como los posibles yacimientos de telurio en aguas de Canarias, así como el desarrollo definitivo de la economía social, colaborativa, medioambiental, tecnológica, energética o sanitaria.

pedro.alfonsomartin@hotmail.com