El mayo del 68 sirvió para deponer para siempre a la clase obrera de cualquier vínculo con el progreso. Al retraso de España por la Dictadura se sumaron las sedicentes fuerzas de progreso. Los sesentayochistas habían alumbrado nuevas formas de lucha, desde la armada al maoísmo, sumadas al ecologismo, pacifismo, feminismo, liberación gay, anticolonialismo, es decir, las cuestiones de identidad que después dominarían. En España, los progresistas ajenos a las nuevas ideas seguían con su obrerismo y mártires sindicales, sin que la clase obrera fuera sustituida por otros grupos de más lastrada condición, como minorías, emigrantes, marginados... Lo que Levinas llamó el "Otro" como rostro, ni por las éticas de solidaridad en auge. El progresismo obrerista de España era ya con la democracia un fósil, aislado, ausente del mundo y las dinámicas reales de progreso, que solo la meta democrática redimía.

Mientras España recibía alborozada ideas caducadas como novísimas, en Francia los herederos del mayo/68 se dividían en dos corrientes de pensamiento: la antihumanista (así se autocalificaban) de Althusser, Foucault, Deleuze..., y la de los nuevos filósofos de Henry Levy, Gluksmann, Filkienkraut, Bruckner. Los primeros son los inspiradores de los movimientos sociales identitarios y, derivados de ellos, códigos culturales como posmodernismo, relativismo, o antioccidentalismo como autoodio. Los nuevos filósofos no situaron al individuo predeterminado por estructuras cerradas (sexuales, étnicas...) de las que no eran más que excrecencias, sino que postularon sujetos hipercríticos, liberales, escépticos, enemigos de opresiones ciertas y no subsumidos en grupos de pertenencia. No se limitaron a despreciar el progresismo obrerista como los posmodernos, sino que fueron punta de lanza en la invalidación del comunismo y defensa de las democracias liberales y el antidogmatismo.

Pascal Bruckner es un escritor de novela y ensayo, distinguido con grandes galardones y de gran influencia en Francia. De izquierdista a nuevo filósofo. Su novela "Lunas de Hiel" fue llevada al cine por Polanski. "Un buen hijo" es una autobiografía sublime y desconcertante que nos desvela insalubres sótanos familiares, pero también la cultura francesa, el odio y la comprensión.

Bruckner es el autor, entre otros, del ensayo "La tentación de la inocencia", donde analiza los resultados del declive de la religión y la tradición en nuestra sociedad, espacios sustituidos por dos ejes maléficos (patológicos podría decirse) como son el infantilismo y el victimismo: el mantener vivos los deseos omnipotentes y el lamento y no responsabilización ante las frustraciones. No nos despojamos de trabas y cargas a cambio de nada, sino que nos limitamos a sustituirlas.