"Nada por aquí, nada por allá". ¿Han pensado alguna vez que vivimos en la tierra de los ilusionistas, en un lugar donde nada es lo que parece? La realidad lleva al sí más rotundo. No se olviden que para ser un buen mago es necesario garantizar que el truco sea una experiencia especial para los contribuyentes, convertidos por obligación en meros espectadores del saqueo social y económico.

Canarias es magia, es cantera de magos e ilusionistas capaces de transformar las virtudes en defectos y las buenas intenciones en falsas esperanzas bajo siglas que han acudido más de una vez a los palacios de justicia. Dicen los faquires más versados que existen dos errores garrafales que marcan a un mal mago: repetir el mismo truco varias veces, y el segundo es la incapacidad de poder parar de hacer trampas sin ver cómo está reaccionando el pueblo. Así actúan algunos trileros que juegan a ser David Copperfield en el escenario que soportan las arcas públicas en Canarias.

Nada es lo que parece. Mientras nos encantan mirando al péndulo de los 14 millones de turistas que visitan el Archipiélago, el mago se olvida de sacar de la chistera a los 700.000 canarios que se encuentran bajo el umbral de la pobreza y a los miles de niños que se acuestan sin cenar porque la nevera no da tregua. El ilusionista hace desaparecer las políticas sociales y convierte el plan por la justicia social y la redistribución de las rentas en Canarias en intereses para las redes clientelares.

Ahora comienza el show. Uno de los grandes trucos es el del "agricultor cortado a la mitad". ¡Todos atentos! Tiene un alto riesgo para el sector primario, pero el truco se lleva a cabo tras quejarse en muchas ocasiones de lo poco que se les paga por sus productos y cómo se multiplican cuando se venden al público en las cadenas de distribución. El mago consigue partir al agricultor ante el aplauso de un foro que admite lo bueno que es el ilusionista; para que otros de fuera hagan magia, prefiero a los míos.

Otro de los trucos que ha concitado el reconocimiento del respetable es el "billete roto". Consiste en ver que un fajo de 500 euros doblado a la mitad atraviesa por completo un ayuntamiento sin que nadie diga ni haga nada ante un desfalco de primero de Derecho. El secreto es que en realidad el consistorio sabe de sobra que se trata de un procedimiento normal. Es muy importante la habilidad del mago.

El truco estrella nos lleva a Tenerife, a la playa de oro que capitalizó Zerolo, el gran Houdini: un pelotazo de 100 millones de euros. Es el juego de "los aros mágicos". El truco es sencillo. El mago invita a alguien del público a que intente ver en Las Teresitas una compraventa del frente de playa donde solo hay arena, piedras y sombrillas. Nadie puede. Luego, el mago, como si nada, comienza a hacerlo una y otra vez. El secreto radica en que esta operación encarna el resultado de la actuación arbitraria, contraria a la legalidad y al interés público.

Este truco no salió bien, se desveló tarde pero con consecuencias. Fue la ilusión más perversa desde el punto de vista urbanístico que se ha realizado en Canarias. El mago era malo. Recuerden, nada es lo que parece.

@LuisfeblesC