Hace tiempo reconocí que algunos problemas de Tenerife no son de hoy, porque vienen de hace tiempo. Pero las soluciones sí que son de hoy. Y dije, además, que mirar hacia atrás en según que cosas es menos importante que hacerlo hacia adelante. El pasado nos permite aprender de los errores, pero lo que nos permite cambiar nuestro futuro es lo que hacemos en el presente.

Durante año y medio, el Cabildo de Tenerife estuvo poniendo soluciones para los atascos de las carreteras de Tenerife. Y durante año y medio, la Consejería de Obras Públicas del Gobierno de Canarias estuvo diciendo "no" a todo. Hay quienes han querido ver en ese enfrentamiento un interés político. Una colisión entre Coalición Canaria y el PSOE. Pero no es así. No puede ser así porque en el Cabildo todos los grupos de gobierno y en la oposición fueron conscientes de que la actitud de nuestra isla fue la de colaborar y aportar su propio esfuerzo para solucionar un gravísimo problema de comunicación viaria.

La razón siempre habla más bajo que las pasiones. Será por eso que los argumentos y propuestas del Cabildo se rechazaron una y otra vez. Lo intentamos de todas las maneras posibles, pero fue inútil. Obras Públicas perdió un año y medio dando excusas a cual más peregrina para impedir que el Cabildo de Tenerife tomara las riendas de la solución de los problemas de esta isla. La última falsedad que se llegó a poner sobre la mesa fue que para hacer las nuevas obras de la autopista del Norte había que modificar el Plan Insular de Ordenación del Territorio. Todos en el Cabildo, incluido el Grupo Socialista, sabíamos que eso no era verdad. Con el mismo argumento no se podría haber hecho la carretera de La Aldea. Hasta tal punto llegó la obstinación.

Como dijo Bertrand Russell, muchas personas prefieren morirse antes que pensar. La solución a los problemas de las carreteras de esta isla requiere una inversión que ronda los 800 millones de euros. Y cualquiera con dos dedos de frente sabe que el Plan de Carreteras de Canarias no puede destinarse a una sola isla, sino que tiene que repartirse entre todas. Eso significa que para ver nuestros problemas arreglados tendríamos que esperar más de una década. Por eso dimos un paso al frente y ofrecimos que fuera el Cabildo, con fondos propios, el que asumiera parte de la inversión, que es fundamental para los tinerfeños. No pedimos otra cosa que la búsqueda de una fórmula legal para que pudiéramos poner dinero y adjudicar obras en unas carreteras que son competencia de la Comunidad Autónoma. ¿La respuesta? No. Es imposible. Y así perdimos un año y medio.

Con el nuevo consejero de Obras Públicas los problemas no han desaparecido. Siguen las colas. Pero lo que han aparecido son las soluciones. Estamos buscando la forma jurídica para solucionar un grave problema a los ciudadanos, a los que no les importa de quién es la competencia.

Pero durante este año y medio perdido, el Cabildo no se ha parado. En ese periodo hemos invertido en torno a siete millones de euros en quince obras, algunas ya terminadas y otras en ejecución, en las carreteras de la isla. En la actualidad, tenemos en licitación más de veinte millones de euros para obras que empezarán antes de final de año, entre ellas el asfaltado de la Autopista del Norte (La Laguna-Los Realejos) y de la TF-21 (acceso al Teide, desde Barroso a Las Cañadas). Hemos hecho también pequeñas actuaciones como la mejora de las conexiones con la autopista en Las Chumberas o en el carril bus de la estación de guaguas de La Laguna, y en breve actuaremos en las vías de acceso al Coromoto y antigua estación de San Benito; en la rotonda del Padre Anchieta (con una pasarela para los peatones); en la carretera de La Esperanza (para conectar con la autopista sin pasar por la rotonda de Anchieta) y en el tercer carril de la Autopista del Norte hasta Tacoronte, donde estamos terminando las negociaciones con el Gobierno de Canarias para firmar el convenio que nos permita acometer esa mejora. Un convenio como el que queremos firmar también, en breve, para mejorar el tramo Icod-Los Realejos con dos nuevos carriles para vehículos lentos.

No nos hemos parado. Y con la nueva consejería de Obras Públicas hemos encontrado un interlocutor que está a favor de los ciudadanos y de arreglar sus problemas. Es el principio de la solución.

Algunos interpretaron el enfrentamiento del Cabildo de Tenerife con los antiguos responsables de Obras Públicas como una guerra. Nunca lo fue para nosotros. Sólo fue el intento de defender a los tinerfeños. Las guerras vuelven orgullosos a los vencedores y rencorosos a los vencidos. Yo les puedo asegurar que en el Cabildo no estamos orgullosos y no lo estaremos hasta que el problema de las carreteras de esta isla esté solucionado.

*Presidente del Cabildo de Tenerife