De las redes hay que pasar un poco. A través de ellas opinamos y, más que con un radical, siempre nos topamos con un maleducado que, además de no opinar como nosotros, nos desprecia por tener un criterio ajeno al suyo. A pesar de que a algunos les moleste demasiado, sacar conclusiones de lo que nos acontece es de lo más sano. Desde que ejerzo esta profesión intento analizar qué es lo que pasa y opinar sobre ello, porque el periodismo sí es opinión. Elegir con qué abrir un periódico o un informativo y con qué no, es opinión. El criterio es el progreso y el posicionarse es la propia vida. Y en la gran escala de grises en que todo esto se mueve, tenemos que meter la tolerancia de muchos, la radicalidad de otros y los dos dedos de frente de tantos.

Si hubo un momento en que me puso nervioso que tanto insensato estuviese pendiente de mis escritos, hoy tengo que reconocer que me excita. Cada día, una curiosa caterva de desconocidos me pone a caer de un burro, y cuando faltan, hasta los echo de menos. A los que no les gusto les tengo que decir que aquí estoy hasta que me dejen, y que soy inmensamente feliz. Escribo de lo que me apetece y cuando me apetece, y opino con ganas mientras, a veces, escribo riéndome a carcajadas. Simplemente, intento divertirme con este compromiso y les recomiendo que, en cada faceta de su vida, ustedes hagan lo mismo. Muchas gracias y hasta mañana. Besitos.

@JC_Alberto