En el último Pleno municipal sufrimos una llamativa andanada dialéctica de uno de los portavoces del Partido Popular que, ante una enmienda de nuestro grupo municipal para promover el uso de fuegos artificiales de bajos decibelios, salió acusándonos de querer acabar con las fiestas religiosas y la semana santa.

No es la primera vez que desde los sectores más conservadores de nuestra tierra se quiere convertir a las fuerzas del cambio en una especie de hordas con antorchas que vienen a acabar con sus queridas tradiciones, posiblemente venga de la defensa de que la política y la religión no deben compartir espacio, por defender una sociedad en la que no sea normal que un representante público votado por creyentes y no creyentes deba formar parte de un cortejo religioso en función de su cargo, al fin y al cabo, de reconocer que en el siglo XXI somos una sociedad distinta, más diversa. Insistimos, por aquello de aclarar aún más sí cabe, que ni se pretende eliminar fiestas ni celebraciones de tipo religioso.

Las fiestas y celebraciones populares de nuestro municipio mejorarán con un gobierno de cambio que promueva la implicación de los vecinos y vecinas, que deben ser los protagonistas centrales de estas actividades. Lo pusimos sobre la mesa en esa misma sesión plenaria, defendemos establecer un sistema reglado que regule el presupuesto municipal dedicado a las fiestas, no para acabar con ellas, para acabar con el uso masivo de la discrecionalidad política, de que una comisión de fiestas o un pueblo reciba más o menos según la simpatía o antipatía del concejal de turno.

¿La Laguna y sus pueblos dejarán de celebrar sus fiestas con un Gobierno de cambio? En absoluto. Hará un uso más ordenado y transparente de los presupuestos municipales para algo que también es importante. Esta cuestión ya la hemos planteado en diversas reuniones con colectivos vecinales que no entienden los criterios o más bien falta de los mismos que se aplican desde el área de Fiestas. Creo que esa falta de criterios claros que permitan saber qué debe recibir cada pueblo y barrio es el caldo perfecto para el mercadeo de favores, que es parte del ADN político de Coalición Canaria, pero que indudablemente afecta a las celebraciones populares.

Queremos que las comisiones de fiestas sepan perfectamente qué gastos son financiables y cuáles no, queremos potenciar además la implicación de la ciudadanía en las fiestas, que reduzca la dependencia de empresas privadas o del propio Ayuntamiento. La situación actual del área de Fiestas, con criterios distintos de según quién se trate, con un presupuesto que se duplica e incluso triplica cada año, no beneficia a nuestras celebraciones, al contrario. Estamos seguros de que junto a la ciudadanía lograremos recuperar las fiestas de La Laguna, sus pueblos y sus barrios, para que todas las personas del municipio las podamos disfrutar en igualdad de condiciones según su relevancia social.

A las puertas del verano y a punto de celebrar algunas de las fiestas grandes de nuestro municipio, les deseamos que las disfruten y también que se empoderen, para que sus celebraciones no dependan de aquellos que se consideran valedores de las tradiciones y muchas veces las ven como un negocio más.

*Portavoz de Unid@s se Puede en el Ayuntamiento de La Laguna