El presidente de la Confederación Canaria de Empresarios (CCE), Agustín Manrique de Lara, reelegido recientemente en su cargo, aprovechó, el martes pasado, la presentación de su Informe Anual de Coyuntura Económica para dejar claras las preferencias de la patronal de la provincia de Las Palmas en lo que a la composición del Gobierno autónomo se refiere. Además, sin ningún tipo de miramientos. En opinión de Manrique de Lara, si Fernando Clavijo se ve obligado a modificar el Ejecutivo, como consecuencia de la entrada del PP, que mantenga la estabilidad, lo que a su juicio pasa por que permanezcan en sus puestos los consejeros de Sanidad, Economía e Industria y el vicepresidente. Casualmente, todos ellos proceden de la misma isla, Gran Canaria. Muy hábil el líder de la CCE. Si así fuera, teniendo en cuenta que el PP aspira a dirigir cuatro consejerías y que en el reparto alguna caerá en manos de un grancanario miembro de esta formación, medio Gabinete estaría conformado por gobernantes de la isla en la que reside Manrique de Lara. Tras esa aparente "estabilidad en la gestión" que propugna la patronal, se esconde una nueva maniobra por hacerse con el control del Gobierno que preside Clavijo. De ahí la importancia de que en Tenerife permanezcan bien atentos los responsables políticos y empresariales, pues una vez más desde Gran Canaria les están ganando la partida. Oculto bajo el envoltorio de evitar que los cambios perjudiquen a la sociedad y a la actividad económica, aparece la siempre interesada búsqueda de dirigir, en beneficio propio, los destinos del Archipiélago. Avisados quedan.

En el mismo acto, y como quien no quiere la cosa, el secretario general de la citada confederación mencionó el mayor apoyo público que, a su juicio, se da a la isla de Tenerife. Una advertencia que no pasó desapercibida para el presidente de la CCE, quien criticó la "inacción" del Cabildo grancanario ante semejante agravio. Ninguno de ellos comparó el estado en que se encuentran, por ejemplo, las insfraestructuras de ambas islas, ya no solo en lo que se refiere a carreteras, pues es evidente que Gran Canaria saldría ganando, sino hidráulicas o sanitarias. Al parecer, no les interesa ni forma parte de sus preocupaciones.

El incidente registrado en el aeropuerto Tenerife Sur, también el pasado martes, al reventarse dos ruedas del tren de aterrizaje de un avión de la compañía inglesa Jet2, ha vuelto a poner sobre la mesa la necesidad de habilitar una segunda pista en dicho aeródromo. La solicitud fue realizada desde distintos estamentos públicos -Gobierno, Cabildo, ayuntamientos- y privados -organizaciones empresariales locales, insulares y provinciales-, tras comprobar que el Reina Sofía se quedó casi seis horas inoperativo y se tuvieron que desviar más de treinta vuelos. Según AENA, la demanda actual no justifica dicha obra y, además, se cuenta con Los Rodeos. Sin embargo, este último -así quedó constatado ese día- no tiene la capacidad suficiente para acoger tanto trasiego, pues no hay sitio para que aparquen los aviones. Algo habrá que hacer de forma urgente, bien en el Sur o en el Norte, pero la situación no puede continuar igual.