En todos los deportes a nivel mundial, suele haber siempre un icono único, distinto, mítico que lo hace especial por algún motivo. Así tenemos a Wimbledon en el tenis, al Open Británico en el golf, a la etapa de Alpe D´Huez en el Tour de Francia, a las 24 horas de Le Mans en carrera de resistencia de coches...

En el mundo del motociclismo mundial, la "catedral" es Assen en Holanda.

En el lejano año de 1996 había presenciado en el circuito de Jerez un Gran Premio de Fórmula Uno, con victoria del legendario Michael Schumacher.

Desde hace muchísimos años deseaba ir al circuito por excelencia del calendario mundial de motos: Assen. Y lo es por diferentes motivos: siempre ha sido el mismo escenario, el mismo circuito en la provincia de Drenthe, siempre ha formado parte del mundial de motociclismo, y por su lugar privilegiado, y por la enorme afición en esa parte de Europa y su situación geográfica -Bélgica y Alemania fronterizas- es visitada el día de las carreras por más de cien mil personas. La prueba se celebra el último fin de semana de junio de cada año.

Además, por otro lado, organizamos un viaje no sólo a Assen sino a ciudades de Holanda. Ya habíamos visitado las más importantes, Amsterdam, La Haya y Rotterdam, y ahora decidí hacer un recorrido por Haarlem -de ahí viene el nombre de un famoso barrio de Nueva York-, Delft -famosa porque en su catedral está enterrada toda la familia Real Holandesa de Orange y por su porcelana-, Eindhoven -tierra del gigante Philips-, Maastricht -nunca una ciudad ha sido tan recordada por un Tratado internacional-, Aquisgrán -en Alemania, frontera con los Países Bajos, célebre por la coronación en el año 800 de Carlomagno, como Emperador del Sacro Imperio Romano Germánico-, Groningen -gran ciudad universitaria- y Utrecht -cuarta ciudad holandesa-, y recordada en España por el Tratado firmado en esa ciudad donde entregamos a los británicos Gibraltar, y Hoogeveen -donde pernoctamos la noche antes del gran día-.

El circuito de Assen, tras más de sesenta años como cita obligada del Mundial de Motociclismo, se había resistido hasta el año pasado al poder de las televisiones y continuaba celebrando sus pruebas los sábados. De hecho, era el único circuito que las celebraba en sábado. Los holandeses, de religión protestante, no querían que el Gran Premio se corriera el domingo. Pero... no han podido resistirse al poderoso caballero es Don dinero.

Llegamos al circuito de Assen el sábado para ver en directo las pruebas clasificatorias de Moto2, Moto3, y de MotoGP. El terreno -llano, como casi toda Holanda- cercano es inmenso y la organización nos indicó dónde podíamos aparcar. De ahí a la entrada a la "catedral" del motociclismo mundial eran sólo cinco minutos andando. Recorrimos todo el circuito -que, por cierto, nos asombró que estuviera prácticamente lleno- y nuestros oídos empezaron a irse acostumbrando al tremendo ruido de las Yamaha, Honda, Ducati, Suzuki...

Tras empaparnos del Mundial de dos ruedas dormimos en Hoogeveen, en una preciosa casa rústica, a sólo veinte kilómetros de TTCircuit, que es como se conoce al mítico circuito.

Y llegó el deseado domingo. Pero... no todo fue un camino de rosas. Aunque estábamos cerca de TTCircuit era tal el número de coches, y sobre todo, de motos -generalmente de gran cilindrada- que nos dirigíamos a presenciar las carreras, que, todo espacio y todo control policial fue poco. Nos desviaron por carreteras secundarias, y de ahí, a otras más secundarias, y, al final, tras dos horas y media largas -se nos hicieron eternas- pudimos aparcar en medio de la nada... a una hora larga andando hasta el circuito de Assen.

Una vez allí, nos acomodamos en nuestros asientos en la segunda grada tras la recta de tribunas, y toda la adrenalina la descargamos. Nervios, tensión, ruido, espectaculares llegadas -en Moto2 llegaron pegados a meta seis corredores- y pasión desbordante en MotoGP. Los más de cien mil entusiastas de las motos, están en un ambiente festivo, y, al mismo tiempo, de infinita cordialidad. Todos conocen la profesionalidad de los magníficos pilotos, el riesgo, las caídas, los estudiados adelantamientos, y las mínimas diferencias entre unos y otros. El resto es conocido: en Moto GP, triunfo del italiano Valentino Rossi -con miles de seguidores venidos de todas las partes del mundo- y tercer puesto del español Marc Márquez.

El ambiente festivo, además, no es sólo durante las competiciones. El espectáculo es antes de las carreras, y, sobre todo, después de las mismas. Todos los vecinos de los pueblos cercanos a Assen conforman un espectáculo observando, saludando y aplaudiendo en todos los puentes de la autopista que conduce a Amsterdam a los que regresan en sus vehículos -de dos ruedas fundamentalmente- a sus localidades de origen.

Circuito de Assen, TTCircuit, la "catedral" del motociclismo mundial. Al menos una vez en la vida hay que intentar ir. La experiencia se recordará siempre.

* Presidente de Tu Santa Cruz