El empleo precisa de un impulso permanente para mantener los puestos de trabajo creados e ir bajando la tasa de paro con reformas y políticas activas de empleo que generen nuevo empleo, a ser posible con alto valor añadido.

La economía sigue creciendo de la mano de los servicios, principalmente turismo, hostelería y comercio, así como la mejora de las exportaciones, el bajo precio del petróleo, los tipos de interés contenidos, a la espera de que terminen de despertar sectores tan importantes como la industria, la construcción o la agricultura, y florezcan los potenciales sectores de medio ambiente, energías alternativas, innovación, producción cinematográfica o reparación naval, entre otros.

De hecho, según los datos del Obecan, siete de cada diez empleos nuevos están vinculados con el sector servicios, y dentro de éstos se contrataron once mil camareros, casi diez mil limpiadores de hoteles u oficinas, dos mil setecientos ayudantes de cocina o mil seiscientos peones de transporte.

Casi inapreciable la contratación de ingenieros industriales o de telecomunicaciones, médicos, arquitectos, economistas, letrados, directivos de empresas o informáticos.

Es ahí donde debemos insistir, sin menoscabo del empleo que generamos de baja cualificación generado por nuestra especialización en servicios. Ese sería el síntoma de que la diversificación económica de las Islas comenzara hacia el progreso económico y de las familias en particular.

La calidad de las empresas generará empleo de alta cualificación con alto valor añadido que ayudará a equilibrar las cotizaciones e impuestos que sostienen el estado del bienestar para los que menos renta disponen.

pedro.alfonsomartin@hotmail.com