Hace tiempo que he estado reuniendo información sobre el sector de la construcción con algunos recortes de periódico, especialmente los que publican Fepeco, Federación Provincial de la Construcción, que este año cumple su 40 aniversario, con la presidencia de don Oscar Izquierdo, que viene desarrollando una inusitada actividad con la que apaciguar la gran preocupación que embarga a este colectivo, cuya finalidad es mejorar el sector y crear esos puestos de trabajo que fueron el motor de la economía y que convirtió a nuestro país en uno de los puntales de Europa.

Al contrario de lo que muchos piensan, el tan "vituperado" boom de la construcción fue un gran periodo de progreso que benefició al país durante un largo periodo, y como ha ocurrido cíclicamente a la largo de la historia, llegó la crisis económica que afectó a todos. Aparecieron entonces un montón de tertulianos, sabelotodos y ex políticos, especialmente de izquierda, que nunca vieron el lado positivo de la situación y que se lanzaron en tromba a machacar a todo bicho viviente que apoyó el sector, y lo peor que intentaron destruir todo lo construido hasta ese momento, que es lo único que saben hacer. Por supuesto que existieron errores, algunos de bulto, y también se edificó sin ton ni son, pero la culpa y los beneficiarios fueron todos: ayuntamientos, registradores, notarios, tasadores, promotores, constructores, intermediarios, y propietarios de terrenos que pensaron que en cada terrón había un kilo de oro, y especialmente la banca. La clase trabajadora que formaba parte activa de la economía consiguió un estatus social importante, lograron viviendas mejores, buenos coches y una calidad de vida y progreso nunca visto en España. Se enriqueció mucha gente y vivió muy bien mucha más. Después llegó Zapatero con las rebajas y se cargó la economía, así es que es justo reconocer todo lo positivo de aquella etapa en la que la construcción tuvo mucho que ver. Habrá quien no esté de acuerdo con mi criterio, pero estoy dispuesto a debatirlo.

Volviendo con Fepeco. Andan bastante preocupados por los debates que se producen entre políticos y órganos de gestión, porque están sumidos en discusiones estériles y enfrentamientos inoportunos que salen en los medios, día sí y día no. Hay también discusiones absurdas entre gestores en los propios partidos, y no entiendo por qué todo se ha judicializado. Como me dijo un día el abogado don Fernando Arocena: "Mira Pepito, los jueces no son ni agua ni pescado, saben de leyes (las que proponen los propios políticos) y no en todos los casos saben aplicarlas". Y tenía razón porque muchas decisiones carecen de sentido común. ¿Cómo pueden sentenciar cargarse el mamotreto para construir otro en el mismo sitio? ¡Es de locos!

Nuestra querida isla de Tenerife está sumida en un desbarajuste y una falta de cohesión total. No se ponen de acuerdo en nada y las obras siguen paralizadas. En cualquier momento la autopista del norte formará un tapón que dejará a la población paralizada en la carretera sin poder llegar al trabajo o a casa. Llevamos años escuchando la misma cantinela de proyectos inacabados: el cierre del anillo insular, el puerto de Granadilla, la segunda pista del aeropuerto del sur, la descongestión de las autopistas del sur y el norte, planes de carretera, esa playa de Las Teresitas convertida en estercolero en algunos lados. Por cierto, ¿por qué no utilizan el mamotreto para guardar los aparejos de los pescadores, un aparcamiento, o situar la Cofradía que sí está infringiendo la Ley de Costas? Hay muchas obras en otros municipios de Tenerife y el resto de islas que ayudarían al crecimiento económico de Canarias, por eso en Fepeco están convencidos que retomando estos proyectos se crearían muchos puestos de trabajos, pues la tasa actual de paro es la segunda más alta, y solo nos supera Extremadura.

Arremeten con razón contra AENA por discriminar Tenerife frente al resto, pero honestamente culpo más a los políticos que a la propia AENA. Se impone negociar, activar proyectos estancados y concluirlos. Olviden la judicialización de la política, el intentar castigar a políticos y funcionarios que no se han llevado nada, como en el caso de la Casa Lázaro, y felicito a Fepeco por seguir trabajando por tener una isla mejor.

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