El equilibrio es la armonía que produce estabilidad, allí donde falta aparecen los agravios comparativos. En las últimas décadas se han invertido y ejecutado las obras de infraestructuras en Gran Canaria, tanto de carreteras, aeroportuarias como sanitarias, gracias a la rapidez e interés de la Consejería de Obras Públicas del Gobierno de Canarias en que sea así; en cambio, en Tenerife todo han sido problemas, dificultades técnicas, proyectos inexistentes o cuando están inservibles, en fin, que hemos circulado a dos velocidades, allí han llegado a las inauguraciones, aquí seguimos en las colas.

En la vida todo tiene solución, incluso tener el convencimiento que es posible arreglar el desafuero que los consejeros, viceconsejeros y directores generales, desde hace más de 20 años en la citada consejería, con el visto bueno de los diferentes presidentes de Gobierno que hemos tenido, han practicado en contra de los intereses y demandas de Tenerife. Ha sido público y escandaloso cómo solo han mirado bajo el prisma amarillo. No han tenido recato alguno y los resultados están a la vista de todos. Han intentado construir una Comunidad Autónoma desigual, favoreciendo a Gran Canaria, dotándola con unas infraestructuras modernas y más allá de las verdaderas necesidades económicas y sociales de aquella isla.

Ahora es el momento de Tenerife, toca aquí hacer lo que ya se hizo allí, hay que poner todos los medios financieros, técnicos y humanos de la Consejería de Obras Públicas a trabajar por nuestra isla. Costará cambiar la mentalidad del amarillo al azul porque han sido muchos años de desapego por lo tinerfeño, pero todo es cuestión de voluntad y de autoridad. Hay que implementar el desequilibrio positivo, a saber, atender preferentemente a la isla que tiene mayores necesidades de infraestructuras estructurales, tanto viarias, sanitarias, como aeroportuarias. No hay excusas que valgan, la inversión y la ejecución de obras tiene que ser desigual en favor de nuestra isla, para compensar el abandono de las últimas décadas y así encontrar la paridad necesaria para construir Canarias desde la igualdad.

Que lo oigan quienes tienen que tomar las decisiones oportunas, valentía política es lo que se necesita. Tenerife nos importa porque todos los canarios somos iguales, precisamente porque todos somos diferentes. Esto implica soluciones diversas y actuaciones diferenciadas, así es cómo edificamos una sociedad convergente, una economía fuerte y un territorio cohesionado, porque Canarias se entiende y se vive solo desde la armonía del hecho insular y su particularidad isleña. Es necesario que lo comprendan, lo asuman y lo pongan en práctica.

* Presidente de Fepeco