El pasado 23 de junio, esta casa publicó un excelente artículo firmado por Don Eligio Hernández y titulado "España nunca ha sido una nación de naciones". Cuando algo me gusta o me llama la atención, lo archivo para tener referencias al escribir otros comentarios, así que me viene al pelo para volver a hablar de los catalanes y sus ínfulas de independencia. No es que me agrade volver a referirme a ellos, incluso me molesta bastante, o mejor dicho, me cabrea, porque con toda sinceridad, lo que me gustaría es que se larguen de una vez y para siempre de España, y entiendo que no es factible ni bueno para nuestra nación, pero ya no los quiero.
En mi época de empresario visitaba con frecuencia Cataluña. Hacía negocios con empresarios de la región y llegué a conservar amistades entrañables con las que mantuve contacto o nos llamábamos en fechas señaladas. En el paso del tiempo se han diluido y en los contactos anuales me ha sorprendido que muchos ya no estén con nosotros. Quedan muy buenos recuerdos por los que apreciaba a su gente, además de ser serviciales, honestos y cumplidores. Siempre han tenido una tierra rica y bella que da una gran variedad de productos. Al contrario de lo que afirman, Franco, el vituperado, los colmó de dinero público que les permitió desarrollarse industrialmente y conseguir mano de obra barata de otras comunidades: Andalucía, Extremadura o Murcia. Les contentó con lo indispensable, pero sus quejas son porque dicen que les impidió hablar su lengua, una mentira como una catedral, pues si algo tienen de desagradable, es su poca vergüenza al intentar imponer su lengua de andar por casa, y pretender conquistar el Mundo, demostrando que son unos analfabetos presuntuosos al despreciar el español, idioma universal que también desechan para sus jóvenes. ¡Un gran logro para su futuro!
Esa era una de las cosas que más me molestaba cuando negociaba. Si existía alguna desavenencia, entonces hablaban entre ellos en catalán, pero si el trato era productivo e importante, te colmaban de atenciones en castellano. La "pela" siempre imperaba y olvidaban de inmediato su lengua. Si hay algo que les caracteriza es la laboriosidad, pero son muy olvidadizos con la historia y no hubiesen salido adelante sin la generosidad del resto de españoles, algunos de los cuales son más radicales e independentistas que ellos mismos.
Lo que me aterra es que surjan enfrentamientos con el resto de ciudadanos. Así comenzó la terrible guerra civil que sigue coleando después de más de 80 años. Persisten, presionan y están empeñados en ese referéndum orientativo para estar al tanto de qué habitantes están con ellos, pero esto es un eufemismo, en realidad están ansiosos por alcanzar la independencia, y por eso la piden abiertamente y sin complejos. Tiene mucha razón don Eligio en su artículo, jamás han tenido razones de peso para solicitarla y esto no solo lo dice el articulista sino prohombres con autoridad y conocimientos. España es una nación de siglos de historia, y la actual Cataluña pertenecía a la Corona de Aragón, por lo que nunca han sido independientes. Es la consecuencia de fanáticos políticos que han engañado a la población, utilizando mentiras y falsedades, que repetidas muchas veces acaban calando en personas de buena voluntad. Propongo lanzar sobre la población ese artículo impreso en octavillas, antes de la fecha señalada.
El Gobierno se mantiene firme y utilizará todas las armas legales para no permitir que se celebre la consulta. Mientras, en Podemos y PSOE parecen no querer enterarse, y Sánchez sigue siendo un político con demasiadas ansias de poder que está dispuesto a cualquier cosa, con tal de cambiar la Constitución, favorecer a los de Iglesias y buscar un resquicio por el que colar la independencia. Pide más diálogo a Rajoy pero nunca dice qué temas hay que tratar ni cuales son las concesiones. Con esa gente es imposible llegar a un acuerdo, están instalados en su posición independentista y no aceptarán aunque les den el oro y el moro.
Es una pena que volvamos a las andadas, al conflicto, al enfrentamiento. Ahora que parece que España mejora su situación y recupera el reconocimiento, con una prima de riesgo más baja y la posibilidad de mejorar salarios y pensiones. Las mismas torpezas.
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