Es lo que debe hacer, de vez en cuando, quien tiene la autoridad sobre un grupo ya sea este multidisciplinar o no. Digo esto a la vista de lo acontecido el miércoles día 26 en la comparecencia de don Mariano Rajoy ante la Audiencia, en calidad de testigo como responsable del PP a lo largo de unos años, por determinados actos de corrupción en el seno de dicho partido. Según sus declaraciones, a preguntas de los letrados de la acusación, él sólo se ocupaba de lo político, de lo económico no sabía nada; de lo económico se ocupaban otros: el gerente y el tesorero.

Doña Esperanza Aguirre, cazatalentos donde los haya, parece que también se ocupaba de lo político mientras sus más cercanos lugartenientes se ocupaban, además de lo político, de lo "económico". Don Felipe González, que se ocupaba de todo, político y económico, no tubo conocimiento de los GAL; aquello era cosa de sus colaboradores señores Barrionuevo y Vera. Y así podríamos seguir con más "jefes" que dicen no tener idea de las trapisondas de sus subordinados. Naturalmente, todo ello en política. En la empresa privada es otra cosa, la delegación de autoridad no evita el mantenimiento de la responsabilidad en aquel que delega. Y por eso, éste, prescribe controles que le permitan conocer que aquella delegación de autoridad produce los efectos por él deseados o tener conocimiento de las desviaciones.

Desde que la política se convirtió en una profesión de la que vivir holgadamente, aunque no se tenga formación alguna para otras actividades con las que ganarse el sustento, viene a suceder que los "jefes" siempre derivan la responsabilidad de las actuaciones en los otros: yo no me ocupaba de ese asunto. En el caso que se trata (aunque don Mariano sí tiene una formación y una profesión en excedencia) "yo sólo me ocupaba de lo político, eran otros los que se ocupaban de lo económico".Y esto, aun, siendo presidente del comité de campaña electoral. Yo fui administrador en el comité de campaña electoral de1982 en el PSOE de Tenerife, y en las reuniones de coordinación el presidente del comité estaba al tanto de lo que se hacía y debía hacerse, también en lo económico, que era la autoridad depositada en mí.

No sé yo si, con el paso del tiempo, todo se ha venido desvirtuando. Desde luego, por la observación de hechos relevantes, se ha desvirtuado hasta el compromiso adquirido por los cargos políticos en el juramento o promesa de "cumplir y hacer cumplir la Constitución". El devenir del Gobierno Autónomo de Cataluña, a lo largo de los años, hacia la independencia respecto de la Nación española es una amplia muestra de mofa a la Constitución por unos y otros; por los que la incumplen y los que han permitido y permiten ese incumplimiento.