Un reciente debate sobre la evolución y la posibilidad del aumento del turismo en determinada nación sudamericana nos trae a la memoria muchas realidades vividas alrededor del tema. No solo del aumento del turismo receptivo en un país, sino de la afluencia a las más determinadas empresas turísticas, todo ello íntimamente relacionado con la amplia visión que tenemos del conglomerado de estrategias que se pueden emplear en un determinado plan de "marketing".

Un "marketing" de estudiosos es el tema, y de entidades y personas serias, no como aquellas que venden sus "estudios" en el campo internacional, y que actúan sobre unas bases más o menos obsoletas, a las cuales les cambian el nombre del lugar para aplicar el del nuevo cliente, e incluso las imágenes de los logos, como es el caso de las flores, algo sobre lo que podíamos contar muchos hechos "anecdóticos", por no emplear otras denominaciones más acordes con el tema.

Según tenemos un constante conocimiento a través de la Organización Mundial del Turismo, el turismo aumenta diariamente de una forme impredecible aún en las más optimistas previsiones.

Poder aprovechar este impresionante movimiento de la comunidad mundial está íntimamente relacionado con todas esas claves del éxito que nos instruye un buen conocimiento en la aplicación de los medios promocionales, junto a la calidad del producto que queramos impulsar en el mercado.

Cuando se trate de un lugar -llámese país, ciudad, pueblo, etc.-, lo primero que tenemos que hacer es tener preparado un amplio programa de las estructuras internas del lugar, para que nuestro trabajo no sea un "pan para hoy y hambre para mañana". Es decir, que pueda tener una continuidad en el tiempo y el espacio, y que el turista que nos visite sea un auténtico propagandista de nuestra empresa por las excelencias que le ofrecemos, procurando en todo ello aplicar nuestras más idóneas señas de iden-tidad, sin caer en la perogrullada de ofrecer playas en Río de Janeiro, o altiplanicies en Bolivia, algo muy frecuente en esos aludidos "estudios" que comentamos, realizados por empresas "prestigiosas" posiblemente amparadas en esa manipulación de comisiones políticas, tan de moda actualmente, para escarnio de todos nosotros.

Se puede hacer un estudio y pronosticar adecuadamente las posibilidades seguras de un desarrollo activo del turismo en un país, una ciudad, un pueblo, etc., partiendo del elemental principio de encargarlo a quienes sepan hacer ese serio estudio del problema.

La larga serie de circunstancias que hay que tener en cuenta es otra cuestión. La inversión que haya que hacer para conseguir estos fines es también otro cantar, y no nos referimos a lo que vaya a costar el referido estudio, sino que estamos tratando del arreglo del territorio, la adecuación del personal, la seguridad y todo ese entramado que hace que un lugar sea todo lo apetecible posible como destino turístico.

Recursos históricos, geográficos, calidad ambiental, vías de comunicación, etc., son elementos a los que hay que aplicar toda la atención para que cumplan con su función de atracción turística. El trato personal y la profesionalidad de sus actores es fundamental en todo este proceso.

No nos referimos entonces a nada que se parezca a una utopía. Es posible aumentar el flujo turístico hacia un determinado lugar teniendo, como tenemos, las herramientas necesarias para ello si de verdad poseemos los recursos que generen esa atracción para provocar la afluencia del turismo.

Ocurre que muchas de las veces la realidad se enfrenta con decisiones políticas equivocadas, o con apetencias personales inconfesables que no permiten ofrecer el final feliz que una gestión seria y eficaz hubiese producido, frente a lo cual la fórmula ideal esta basada en la honestidad, la honradez y el conocimiento, algo que sí, de verdad, es insuperable.

Unas líneas que sumo a esa súplica -vamos a llamarla así- de la Organización Mundial del Turismo, en su Año Internacional del Turismo Sostenible para el Desarrollo: servir es mi ocupación.

*Del grupo de expertos de la Organización Mundial del Turismo (OMT)