Bajo este título y durante sus intensas fiestas patronales, Garachico inauguró una actividad que hunde sus raíces en las célebres academias literarias del Siglo de Oro, radicadas en la Villa y Corte y las primeras ciudades españolas. Su extensión a los salones aristocráticos y cenáculos intelectuales -y, después, a los casinos, liceos, cafés, asociaciones obreras y de auxilios mutuos- fue general en Europa.

Además de mostrar en común las primicias intelectuales, artísticas y técnicas y "debatir de todo lo humano y lo divino", las tertulias fueron el auténtico germen de los que hoy conocemos como clubes de lectores, grupos de personas de diferentes oficios y sensibilidades que leen al mismo tiempo un libro y, en sesiones abiertas, expresan, contrastan y matizan sus opiniones sobre el fondo y la forma de la obra elegida. En estos encuentros semanales resultan enriquecedoras las experiencias particulares aplicadas a los textos comentados y, especialmente, el apoyo mutuo que exigen y justifican todas las acciones culturales.

Organizada por Evelia Suárez, bibliotecaria y archivera de la Villa y Puerto, y presentada por su alcalde Heriberto González, la presentación contó con tres potentes activos que avalan con firmeza su futuro. De entrada, la sede, el convento de San Pedro y San Cristóbal, con su suntuoso retablo donde lucen los titulares del templo, la Inmaculada, una magnífica talla sevillana, y los santos franciscanos; y el concurso de las Monjas Concepcionistas, que ofrecieron lecturas y cantos y cuya abadesa, sor Ángeles Salvador, avaló la continuidad de estas actividades. Después, la exquisita y oportuna selección de textos de Pascual González Regalado, difundidos a mediados del siglo XX en la prensa y la radio tinerfeñas; ajustadas y líricas evocaciones sobre lugares y tiempos de su patria chica, de la que fue imaginativo y activo alcalde y, hasta hoy, historiador, heraldista y memorialista literario y plástico. Y, por último, el público que llenó en una cálida tarde de agosto el recinto, y siguió con respetuoso interés las actuaciones sensibles de los lectores y las ilustraciones musicales de Beatriz Rodríguez, Antonio Jesús Gutiérrez y Paco Páez. La gente que vive y siente la tradición y que ha hecho de la cultura una bandera, un espacio de encuentro para todos y un comportamiento común.