Todos los países tienen establecido una escala de niveles de alerta contra la actuación de grupos terroristas que puedan llevarse a cabo en su territorio contra las personas.

La alerta antiterrorista consiste en una escala compuesta por cinco niveles, cada uno de los cuales se encuentra asociado a un grado de riesgo, en función de la valoración de la amenaza terrorista que se considere en cada momento.

En España los niveles de alerta antiterrorista fueron introducidos por primera vez por el Plan de Prevención y Protección Antiterrorista, el 9 de marzo de 2005, y fue como consecuencia de los atentados del 11 de marzo de 2004. Ese primer plan establecía tres niveles. España estuvo en nivel máximo de alerta en julio de 2005, tras los atentados de Londres y en febrero de 2008, por las elecciones generales. En 2009, fue revisado dicho plan con la introducción de una escala de cuatro niveles, con dos intensidades en cada uno de ellos. Con este sistema nunca se estuvo en el grado máximo de alerta, aunque sí se activó el de riesgo alto de atentado durante los actos de proclamación de Felipe VI como rey de España (junio de 2014) y tras el ataque, en enero de 2015, al semanario Charlie Ebdo. Este plan fue sustituido en 2015 por el actual.

La activación de cada uno de los niveles corresponde al ministro del Interior, una vez oídos los informes de los expertos de los servicios de inteligencia y los Cuerpos y Fuerzas de Seguridad del Estado, incluidos los Mossos D''Esquadra y la Ertzaintza. Los criterios para activar uno u otro nivel dependen, a juicio de Interior, de la valoración de la amenaza "en función de la intención, la capacidad y la probabilidad de comisión de un atentado terrorista", así como de la vulnerabilidad de los potenciales objetivos de ser atacados y su posible impacto o repercusión.

Desde el 26 de junio de 2015, España mantiene un nivel cuatro sobre cinco de alerta terrorista. Y esto fue cuando el ministerio del Interior decretó necesaria su actuación como consecuencia de los atentados que se llevaron a cabo a lo largo de ese año en Francia, Túnez, Kuwait y Somalia. Los ataque simultáneos que se produjeron en París el pasado mes de noviembre intensificaron en nuestro país la vigilancia de determinados centros estratégicos, o lugares de gran afluencia de personas, pero sin elevar el nivel general de alerta.

Tras los atentados llevados a cabo recientemente en Barcelona y Cambrils, el nivel de alerta cuatro no está previsto modificarlo.

En España, el nivel de alerta antiterrorista se compone de cinco niveles, cada uno de los cuales se encuentra asociado a un grado o posibilidad de riesgo. El nivel 1 (riesgo bajo), el nivel 2 (riesgo moderado), el nivel 3 (riesgo medio), el nivel 4 (riesgo alto) y el nivel 5 (riesgo muy alto).

El actual nivel 4 establecido en España supone la movilización total de los agentes de la lucha antiterrorista, que extreman la vigilancia sobre las personas sospechosas, así como el refuerzo y protección de infraestructuras críticas, grandes núcleos de comunicación: aeropuertos, estaciones de tren, etc.

El nivel 5 implicaría la presencia de los miembros de las FF.AA. en las infraestructuras críticas. Comporta también una mayor presencia de las fuerzas de seguridad en las calles y un preaviso a las FF.AA. para que intensifiquen la seguridad en sus instalaciones y estén preparadas para reforzar a la policía y guardia civil en caso de ser requeridas. La activación de este alto nivel de alerta está reservada a casos de atentados inminentes en territorio nacional y en la práctica implica, con respecto al nivel 4, la presencia de militares en las infraestructuras críticas, nudos de comunicación, lugares de gran acumulación de personas, etc.