Cuesta entender el debate central en los medios este verano sobre las microalgas y las macrocacas. Asociar en Canarias tales planteamientos es entrar en la miseria política, sin argumentos científicos y, lo que es peor, ignorando trabajos científicos serios como el de Sebastián Delgado.

Sebastián, profesor de la ULL a lo largo de más de veinte años, ha realizado un análisis riguroso sobre las aguas depuradas de Santa Cruz-La Laguna y Adeje-Arona, que riegan una superficie importante del sur de Tenerife, siendo referencia en la reutilización de aguas depuradas en España, junto con el levante español.

Claro que hemos de depurar y reutilizar los más de doscientos hectómetros cúbicos de aguas urbanas en Canarias. Este es un asunto fundamental tanto para la salud como por la necesidad de aprovechar un recurso escaso para la producción de alimentos, forrajes para el ganado, mantenimiento de jardines y campos de golf, mejorando a la vez nuestros acuíferos y cuidando nuestro medioambiente.

Presentar lo que ocurre en el mar y asociarlo a los vertidos no se sostiene. Las localizadas al Noroeste de Punta Cumplida en La Palma no pueden estar asociadas a cuarenta y cinco viviendas en La Fajana, Barlovento. Igualmente ha ocurrido en otros puntos de las costas noroccidentales de las Islas, con vientos de noreste y corrientes marinas del norte.

Haya o no microalgas, es evidente que debemos cuidar la depuración de aguas residuales en las zonas pobladas. Necesitamos realizar un importante esfuerzo en todas las Islas en infraestructuras de saneamiento, depuración y reutilización. Son más de doscientos hectómetros cúbicos de aguas residuales urbanas las que producimos, de las cuales reutilizamos menos de treinta, y en otros casos se depuran y se vierten al mar no siempre con emisarios adecuados. Son urgentes acciones de mejora entre Arrecife y Puerto del Carmen o la desembocadura del barranco de Guiniguada, o entre Lazareto y Buenos Aires, la costa de Adeje hasta Arona o gran parte de la costa sur de Gran Canaria.

No es objetivo ni serio asociar el tema de las microalgas con problemas humanos de mala gestión en las Islas. Si Alemania y Holanda mantienen cientos de millones de excretores en la vega de los ríos Rhin y Escalda, donde siguen bebiendo agua y lavando los biberones de los niños, es difícil de entender para un habitante de Rotterdam que no se pueda bañar en nuestras costas por la incompetencia de nuestros políticos, que encargan mapas de las Islas con miles de puntos de vertido en un supuesto mundo de irresponsables o incompetentes.

Leamos los trabajos de Sebastián Delgado, hablemos seriamente de recursos y de medioambiente, de costes económicos y ambientales. Las aguas residuales las hemos de depurar por aspectos sanitarios, pero también para aportar a la naturaleza parte de lo que le quitamos. Reutilizamos poco más del 10 % de las aguas residuales; podemos y debemos regar más de veinte mil hectáreas con esas aguas, generando trabajo, invirtiendo en infraestructuras y mejorando nuestra salud y nuestro medio ambiente. Sembremos una cultura solidaria y responsable, más sostenible social y ambientalmente.

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