Cuando en la tarde del jueves 17 de agosto recibí un mensaje de un hijo preguntándome "¿has visto lo que está pasando en Barcelona, suspendemos el viaje?". "Tranquilo, hijo mío, voy a consultar si procede mantener el viaje, y te doy mi opinión". Tras varias llamadas a amigos de Barcelona, decidimos realizar el viaje previsto para la mañana del día siguiente. Todos coincidieron que precisamente esos días la seguridad sería absoluta. Efectivamente, al llegar al aeropuerto del Prat llamó la atención la presencia bien armada de guardias civiles, a la que no estaba acostumbrado en viajes anteriores, y créanme que me tranquilizó verlos. Luego, al irnos acercando a la plaza de Cataluña, apreciamos que la presencia policial era considerable. Nada más llegar nos tropezamos con una manifestación que poco a poco fue atrayendo a más ciudadanos contrarios a la presencia de un grupo de ultras vociferando consignas contra los inmigrantes y a favor de la expulsión de musulmanes. Afortunadamente, los mozos de escuadra se interpusieron entre ellos y los ultras se disolvieron.

Luego, creo que espontáneamente, numerosos ciudadanos, jóvenes en su mayoría, recorrieron pacíficamente las Ramblas de Barcelona, deteniéndose allí donde se creaban altares improvisados de dolor por los fallecidos del día anterior. Llamaba la atención el silencio y respeto con que, en su mayoría turistas, se detenían en ellos, unos rezando, otros meditando, y en general depositando velas, flores, peluches, y los más diversos mensajes en muchos idiomas, bien haciendo alusión a los desaparecidos, en apoyo de sus familiares, y siempre a favor de la paz y convivencia entre los pueblos, con enorme presencia de medios de comunicación. Nada más iniciar la marcha al inicio de la Rambla, un grupo de ciudadanoscorearon la consigna "¡no tinc por!", a la que siguió por la mayoría de presentes "¡no tenemos miedo!" Los altares coincidían al principio con el lugar en que se produjeron las muertes, pero a lo largo del día fueron aumentando, siendo el mayor de todos el mosaico de Miró. Acostumbrado en otras ocasiones a recorrer la rambla disfrutando del colorido y habitual murmullo festivo, esta vez el bullicio se convertía en silencio, roto a veces por los aplausos y el grito emotivo de "¡no tenemos miedo, no sinc por!" Poco a poco la Rambla se fue llenando de gente y recobrando su normalidad, y en la mañana del domingo estaba a tope como muestra de solidaridad con las víctimas de los atentados en Barcelona y Cambrils.

A Barcelona solo puedo mostrarle agradecimientos. Cuando comencé la especialidad de Cirugía, realicé visitas a los quirófanos de los hospitales de San Pablo y Príncipes de España, por aquella época entre los más punteros en técnicas avanzadas, y los congresos de Cirugía allí resultaban de los mejor organizados de España. Y fue en Barcelona donde conseguí que se publicara mi libro fruto de la tesis doctoral, "Materiales de sutura en Cirugía", Editorial General Grafic, 1980, que conservo como una joya con especial cariño. En un congreso nacional de Cirugía que presenté el trabajo, una empresa alemana afincada en Rubí (Barcelona), B. BraunDexon, se interesó por él, haciéndose realidad su publicación, recordando con gran satisfacción aquellas visitas para conocer directamente los procesos de fabricación de hilos y suturas en la fábrica de Rubí. Por lo demás, pasear por la Rambla siempre me ha resultado entrañable, fantástico y variopinto: lugar mítico, encuentro de modernidad y coexistencia de todo tipo de razas, idiomas y costumbres.

Pero con el transcurso de los días se suceden noticias muy preocupantes y los ciudadanos demandamos más explicaciones a los responsables de Seguridad sobre el reclutamiento fanático de terroristas suicidas por el imán de Ripoll, que pasó por la cárcel por tráfico de drogas, solicitándose su extradición, denegada por cierto, y por qué no se atendió la sugerencia de la juez de instrucción de que la vivienda de Alcanar podía ser una fábrica de explosivos, produciéndose una potente explosión el 16 de agosto mientras los yihadistas fabricaban explosivos, y con qué criterio se despachó el interés de Bélgica sobre los vínculos yihadistas del imán de Ripoll con una respuesta negativa, sin consultar la Guardia Civil y Policía Nacional, dando la sensación, en resumen, de que algo de instrumentalización del atentado por parte del nacionalismo separatista catalán sí que ha habido.

@JVGBethencourt

jvicentegbethencourt@yahoo.es