Estos días se ha vertido de forma incontrolada, en los medios de comunicación y en las redes sociales, mucha información y mucha desinformación sobre el tratamiento de las aguas residuales. Como siempre, la mayor parte de la desinformación es interesada. Se vinculan, por ejemplo, las aguas residuales a la aparición de cianobacterias en nuestras costas, relacionadas incluso con problemas graves de salud pública como tumores o brote de hepatitis. La aparición de las microalgas es, sin embargo, un proceso natural, creciente y conectado claramente con el aumento global de las temperaturas, tal y como ha manifestado de manera prácticamente unánime la comunidad científica, desvinculando esta situación con los vertidos de aguas depuradas en las Islas.

Pero vamos a intentar aclarar la situación de otro tipo de vertidos: los de las aguas residuales.

¿Quién es responsable del correcto tratamiento de las aguas residuales en las Islas? Es muy fácil, solo hace falta que vea la factura que le gira cada cierto tiempo su municipio o la empresa municipal de aguas sobre el consumo de agua potable. El ayuntamiento le cobra todos los meses por el agua que consume y por la depuración de la que vierten las cañerías de su casa en dirección al sistema de saneamiento.

El abasto y la depuración de aguas son servicios de competencia municipal. Y es cierto que en estos servicios las Islas, también Tenerife, tienen mucho camino aún por recorrer. Hace años, en los 80, se invirtió mucho dinero en sistemas municipales de depuración: pequeñas depuradoras para tratar correctamente los vertidos antes de tirarlos al mar. Lamentablemente, mucho de ese dinero terminó también tirándose al mar, porque los municipios no tenían capacidad económica o técnica para gestionar adecuadamente esas instalaciones, de modo que hoy casi ninguna de esas depuradoras municipales funcionan correctamente. Pero eso no quiere decir que los municipios de la isla no hayan hecho esfuerzos para solucionar el problema o que haya zonas en la isla en donde algunos ayuntamientos han hecho mejor la tarea. Tampoco quiere decir que los municipios o los ciudadanos deban estar solos en el cumplimiento de esas obligaciones. El Cabildo de Tenerife viene trabajando, desde hace ya también varios años, para ayudar a resolver de la mejor manera este asunto.

Cuando llego a casa y veo la habitación de mis hijos desordenada, sé que la respuesta que me darán cuando les diga que tienen que recogerlo todo es que ellos no lo tiraron y que fue otro el que lo hizo. Les digo que recojan lo de uno y lo de otro y yo me pongo a ayudarlos. Sé que es la mejor manera de que cooperen para que la habitación esté bien recogida de la manera más rápida posible.

En temas de depuración, como en otros muchos casos en los que el Cabildo mete la nariz sin ser el competente, como ocurre con las carreteras, sanidad o aeropuertos, entre otros, intentamos trabajar de la misma manera; en cooperación con los ayuntamientos y también con el Gobierno de Canarias, el Estado o la UE, sin ponernos a discutir sobre de quién es la culpa o pelearnos por saber quién es el competente. Les pongo varios ejemplos.

Hace dos años y medio aprobamos un nuevo Plan Hidrológico después de mucho trabajo técnico y muchas consultas. Decidimos aplicar un enfoque del problema más apropiado a la realidad insular, proponiendo soluciones comarcales para el problema de la depuración, teniendo en cuenta las características de los barrancos y valles de nuestra orografía y definiendo soluciones adecuadas a la normativa comunitaria que además priorizaran la regeneración del agua residual para uso agrícola, intensificando la línea de trabajo que el propio Cabildo inició hace años con la instalación de la "tubería negra". A partir de ese momento ya nos sentimos como Corporación insular plenamente responsable. No causantes del problema pero sí corresponsables de la solución.

Bajo ese criterio hemos aportado soluciones técnicas y ambientales a los problemas más importantes de depuración de la isla. Hoy no hubiera sido posible que el Estado emprendiera los trabajos de licitación de la ampliación de la depuradora de Santa Cruz, que da servicio al conjunto del área metropolitana, si no fuera por el trabajo técnico y político que hemos realizado desde el Consejo insular de Aguas de Tenerife para disponer de los proyectos y las autorizaciones ambientales. También hemos trabajado conjuntamente con los municipios de Adeje y Arona para construir y gestionar la depuradora que da servicio en esos municipios, incluyendo su ampliación y mejora dentro las obras que el Estado financia.

También decidimos coger el toro por los cuernos en el Valle de Güímar. Tras años de obras en la depuradora existente que sólo condujeron a procedimientos de infracción ante la UE, en el Cabildo decidimos rescatar la instalación (que por cierto había sido objeto de actos vandálicos varias veces), reconstruirla y mejorarla. Lo decidimos nosotros solitos para intentar resolver un problema que necesitaba una solución. Lo mismo hemos hecho colaborando con los tres municipios del Valle respecto al emisario y al tratamiento de las aguas residuales del polígono de Güímar.

Trabajamos también en otras comarcas de la isla. Directamente en el sureste, en Daute o en la Isla Baja y en colaboración con el Gobierno de Canarias o con el Estado para otras zonas, de forma que a corto plazo la isla cumpla las previsiones que determina la normativa comunitaria. Es el caso, por ejemplo, de la inversión que en los últimos años ha realizado el Estado en el Valle de La Orotava, para establecer una red de colectores que permita un mejor funcionamiento del sistema comarcal, o la nueva depuradora que la Comunidad Autónoma está a punto de finalizar en el Nordeste para la comarca de la costa lagunera, Tegueste y Tacoronte.

Otro ejemplo de cooperación con los ayuntamientos lo tenemos en el plan de obras y servicios municipales, invirtiendo la totalidad del plan de cooperación para este próximo periodo, igual que ocurrió en el pasado, en sistemas de saneamiento y colectores junto a obras para mejorar la eficiencia de los sistemas de abasto municipal.

Es un trabajo arduo y complejo que requiere que todos estemos dispuestos a "recoger la habitación", que nadie se ponga a tirar los trastos a la cabeza del otro en medio del zafarrancho y que no nos perdamos en discusiones sobre quién es el responsable o el competente. Al principio del mandato llevamos un acuerdo al Pleno del Cabildo que de manera unánime recogió el apoyo de todas las fuerzas políticas, y desde entonces hemos trabajado reforzando los recursos desde el Consejo Insular de Aguas y desde el Área de Cooperación a través del Marco Estratégico de Inversiones destinando el Cabildo más de 80 millones de euros en los próximos cinco años.

Lamentablemente, hay partidos políticos, como es el caso de Podemos, que se dedican a seguir desordenando la habitación. Se niegan, por ejemplo, a dar una solución razonable a la situación de los vertidos en la Isla Baja y continúan tirando los trastos a la cabeza a través de denuncias penales en el ámbito municipal y fomentando la desinformación desde las redes sociales. Sí, acuso directamente a Podemos de generar con los vertidos el mejor caldo de cultivo para la desinformación y la alarma social sin que nada de eso sirva para solucionar el problema. Al contrario, cuando surge la solución la intentan bloquear. Para su estrategia política, mejor el vertido que la solución. Como me dijo una vez un responsable de esa formación: "Cada uno sabe en qué corral guarda sus cabras".

Nosotros en el Cabildo tenemos, sin embargo, otra forma de hacer las cosas. Es probable que si me ven recogiendo la habitación con mis hijos piensen que fui yo el que puse todo patas arriba. A veces ocurre que la gente piensa que es el Cabildo el responsable del desaguisado porque se ha puesto a arreglarlo. No me importa mucho porque sé que en la mayoría de las ocasiones esta es la única forma de recoger la habitación y eso es lo realmente importante. Que Tenerife quede libre de vertidos incontrolados, aunque no podamos controlar los vertidos de medias verdades o mentiras.

*Presidente del Cabildo de Tenerife