El domingo 17 de septiembre se publicó en EL DÍA un artículo cuyo titular llevaba a confusión sobre el verdadero contenido del mismo. Al menos así lo interpretaron numerosas personas que expresaron su opinión -en algún caso de manera muy acalorada- a quienes suscribimos este comentario. El titular venía a decir que el vehículo eléctrico casi contamina lo mismo que el vehículo convencional. Este titular es cierto teniendo en cuenta las circunstancias actuales del sistema eléctrico canario. Sin embargo, la lectura más detallada del artículo se hubiera correspondido mucho más con un mensaje del tipo: "el vehículo eléctrico como medio fundamental para reducir las emisiones en las Islas".

Quienes suscribimos esta breve nota somos miembros de la cátedra Armand Peugeot y del Centro de Estudios de Desigualdad Social y Gobernanza (Cedesog), y llevamos más de cinco años codirigiendo una línea de investigación sobre la eficiencia energética y la introducción del vehículo eléctrico en las Islas Canarias. Esta línea de investigación está financiada por la cátedra Armand Peugeot, asociada a la Escuela Superior de Ingeniería París-Supelec, cuyo director, Yannick Pérez, también es miembro del equipo investigador. Nuestro equipo dirige y participa en diversos proyectos competitivos, destacando el proyecto competitivo de plan nacional de I+D+i "Temas en capital humano y desigualdad, tecnología y medioambiente (ECO2016-76818-C3-2-P)". Los doctorandos Alfredo Ramírez y Josué Barrera completan el grupo investigador.

Desde un principio hemos apostado por la necesidad de introducir el vehículo eléctrico en las Islas, no sólo como medio para reducir las emisiones -y otros efectos nocivos como el ruido y los contaminantes locales, como el CO2, los NMVOC o los sulfatos-, sino también como medio para permitir una mayor penetración de las energías renovables en las Islas.

Uno de los principales problemas que tienen las energías renovables (como la eólica y la solar fotovoltaica) para aumentar su penetración en Canarias es precisamente los costes derivados de su carácter interrumpible. Por ello, el desarrollo de sistemas de almacenamiento energético podría paliar este problema ayudando a aumentar su penetración. Nuestra apuesta en nuestros artículos académicos es precisamente usar los vehículo eléctrico (en su sistema V2G) como sistema de almacenamiento a través de un gestor de la demanda. Además, el vehículo eléctrico facilitaría que la economía canaria entrara en un ciclo virtuoso: ¡aumento de la flota, mayor penetración de las renovables, mayor contribución de reducción de las emisiones, mayores beneficios sociales, mayores incentivos a adquirir vehículos eléctricos, mayor penetración de las renovables, y vuelta a empezar el ciclo! A todo esto se le añadirían los beneficios en creación de empleo, atracción de empresas y de inversiones de alto valor añadido, atracción de fondos europeos para el fomento de este sector (con líneas directas de financiación), etc.

Pero todo esto pasa por una decidida apuesta por las energías renovables. Aunque por cuestiones técnicas de gestión de la demanda y la oferta de electricidad, es inviable un 100% de renovables -al menos a corto-medio plazo-, sí podría alcanzarse en un periodo razonable una cifra de entre el 30% y el 40% en el mix de generación de electricidad en Canarias. Según nuestros cálculos, asumiendo esta penetración de energías renovables y combinándola con la gestión inteligente de la carga y descarga de unos 50.000 vehículos eléctricos (con sistema V2G), las emisiones equivalente de CO2 se reducirían en un 27%. Además, supondría una reducción de un 6% los costes de generación de energía eléctrica y disminuiríamos la dependencia energética exterior en torno al 16%.

Respecto al vehículo eléctrico, podemos señalar que el primer obstáculo para su implantación en la actualidad es la autonomía de la batería, aunque la tecnología está en vías de solventar esta limitación. Por otro lado, otro estudio de nuestro equipo de investigación apunta también a la falta de información que en general tienen los posibles compradores sobre las características del mismo. Además, todo pasa por un desarrollo adecuado de las infraestructuras y la facilidad de recargo de las baterías. Sobre esto último, el Cabildo de Tenerife ya se ha puesto manos a la obra con un plan para dotar de puntos de recarga la isla. Todas estas medidas, complementadas con incentivos económicos adecuados, podrían llevar en un futuro inmediato a un ambiente más favorable.

Agradecemos a este periódico la oportunidad de aclarar y mostrar nuestra verdadera posición en este debate, que no se corresponde con la interpretación inmediata que se puede hacer al leer un titular sin profundizar en el contenido más profundo de la información.

*Profesor de Análisis Económico y director del Centro de Estudios de Desigualdad Social y Gobernanza

**Profesor de Análisis Económico y coordinador de la cátedra de Electromovilidad Armand Peugeot en la ULL. Miembro de la Asociación Internacional de Economía de la Energía