Es subir por la autopista a la altura de Guajara y divisarlas siempre. Son parte del paisaje y casi siempre las mentamos para maldecirlas, aunque a estas alturas del año y con el verano que hemos tenido, lleguemos a echarlas hasta de menos. Las nubes que se divisan desde La Laguna y que se asientan ya en Guamasa, nunca pasan inadvertidas a nuestros comentarios por muchos años que tengamos. Con ellas se va la luz del Sol que nos acompañaba, el calor que disfrutábamos y hasta la señal de prácticamente todas las emisoras de radio. Es como si nos adentráramos en Mordor, aquel país imaginario donde J.R.R. Tolkien centraba parte de "El señor de los anillos". El microclima de Los Rodeos, por ser, ha sido hasta excusa para bulos y leyendas urbanas.

Durante muchos años y aún hoy, no son pocos los que comentan que el aeropuerto del Norte se hizo sobre una cruz en un mapa que venía a significar que era el único lugar desaconsejado por aquel entonces. Mientras en la república de Yakutia (Rusia) se han llegado a registrar -72ºC, en la preciosa ciudad de Wellinton (Australia) el viento es desquiciante o en el Valle de la Muerte californiano el termómetro ha llegado a marcar los 57ºC, aquí vivimos de lujo con un clima subtropical que nos proporciona algo más de veinte grados centígrados la gran mayoría del año. Y conviene recordarlo, porque si uno no se compara con el mundo para apreciar lo que tiene, se embrutece siempre. En cualquier circunstancia.

@JC_Alberto