En tanto que "movimiento político y social de carácter totalitario" es lo que han venido y vienen demostrando ser dirigentes políticos y seguidores de estos en la Cataluña que fue y en la "Catalonia" que pretende ser. El 25 de julio de 2009 publicaba en esta columna el artículo que titulaba "Catalonios". Decía que éste "gentilicio" se lo otorgaba a los independentistas de dicha comunidad y que se vanagloriaban de publicitar en el Nou Camp, y durante el Tour de aquel año profusamente servido por el helicóptero de la organización, con grandes "esteladas" y pancartas con el texto "Catalonia is not Spain".

Han pasado más de ocho años y hemos llegado a la horripilante situación que estamos padeciendo. Aunque la gestación de este acontecer viene de largo -ni Felipe González ni Aznar pusieron pie en pared ante la estrategia de Jordi Pujol- fueron Zapatero y Montilla quienes más hicieron para que llegásemos hasta aquí y luego con un gobierno de Rajoy que, parece, ha estado engañando al pueblo español respecto decisiones y actuaciones para contener la efervescencia independentista de los últimos tiempos promovida por Artur Mas y Carles Puigdemont en tanto que muy deshonorables presidentes de Gobierno de aquella comunidad.

Lo acontecido allí el 1 de octubre de 2017, día triste para la Historia de España, ha puesto de manifiesto la negligencia del Gobierno del Estado y el fascismo imperante por el Gobierno de allá y sus huestes, también durante los días siguientes con el asedio a la Policía Nacional y a la Guardia Civil y con, además, una huelga general patrocinada por Puigdemont y compañía. Son muchos años emponzoñando la mente de los educandos para llegar a la situación actual. Todo ello revestido de "democracia", sin respeto alguno a lo que el término significa. Tan es así que incluso doctores e investigadores formados en la Universidad catalana han dado muestras de su carencia democrática, o simplemente de fascismo.

Existe una "Asociación de investigadores españoles en Asia y Pacífico" cuyo objetivo es establecer vínculos de los investigadores españoles en la región entre sí, con investigadores australianos en sus campos y con entidades españolas y australianas que busquen invertir en investigación. Pues bien, la semana pasada tenía reunión la Junta de la Asociación y cuatro miembros de la misma, que son catalanes, propusieron que la Asociación emitiese un comunicado para denunciar la actuación del Estado "bloqueando cuentas de instituciones educativas y culturales catalanas". Tras debate del asunto, el presidente de la Asociación lo sometió a votación y la propuesta fue rechazada. Los cuatro miembros "catalonios", en un "alarde de respeto democrático" abandonaron la Asociación. Fascismo puro y duro.