España es más que un territorio y más que un conjunto de comunidades autónomas. Es una historia común de más de quinientos años de vida en común. Actualmente, la Carta Magna que nos hemos dado entre todos garantiza un conjunto de libertades, derechos y deberes. La soberanía no está en los territorios y sí en los ciudadanos y se consagra en el espíritu del 78 que debemos de respetar como principio básico de la democracia.

Tal y como refleja la Constitución Española de 1978, en su artículo primero, España se constituye en un Estado social y democrático de Derecho, que propugna como valores superiores de su ordenamiento jurídico la libertad, la justicia, la igualdad y el pluralismo político.

La Generalitat de Cataluña, que es la representación del Estado en Cataluña y su existencia es producto de una Constitución que nos hemos dado todos, ha sido la triste protagonista de esta semana, y lo sigue siendo, tras el amago de un referéndum en el que se han empeñado las autoridades del Gobierno autonómico, contrario a la Ley y a la Constitución Española, pero peor ha sido el trato, artimañas y montajes fotográficos que han tenido que sufrir los que han puesto en riesgo su integridad física para defender España.

Una fecha que nadie quería más allá del calendario, y que no ha respetado la Constitución, tal y como reconoce y pedía horas antes del 1 de octubre, la Comisión de Venecia, miembro del Consejo Europeo.

Han querido coger el control de forma ilegal aquellos que desobedecen para que les obedezcan, lanzando falsos testimonios al exterior, con fotografías trucadas que daban una visión irreal y distorsionada de lo que estaba ocurriendo en Cataluña, creando un relato manipulado y además, utilizando el dinero de todos los españoles.

Coincidimos con las palabras de SM el rey, Felipe VI, sobre que la Generalitat, con sus decisiones, ha vulnerado de manera sistemática las normas aprobadas legal y legítimamente, demostrando una deslealtad inadmisible hacia los poderes del Estado, quebrantando los principios democráticos de todo Estado de Derecho y han socavado la armonía y la convivencia en la propia sociedad catalana, llegando a dividirla, incluso a familias enteras. Hoy la sociedad catalana está fracturada y enfrentada, marea que han querido utilizar algunos líderes políticos para intentar sacar provecho y que se han ganado la desautorización del rey.

Esas autoridades han menospreciado los afectos y los sentimientos de solidaridad que han unido y unirán al conjunto de los españoles. Han querido utilizar la falsa política contra el Gobierno legítimo de la Nación, sin darse cuenta de que España solo hay una, y que se rige por la Constitución Española.

Lo decimos abiertamente, han querido dar un golpe de estado, de los que tantos horrores pasados tienen los libros de historia de nuestro país, y que ya nos dividió. Han querido enfrentar a hermanos, padres y familias enteras, creando y provocando crispación sin dejar espacio al diálogo utilizando cualquier artimaña, incluido los niños.

Han tergiversado las informaciones, al más puro estilo nazi y la guerra fría, de organismos oficiales de dentro de España y de Europa. Por ejemplo, se amparan en el derecho a la autodeterminación de Cataluña aludiendo a lo estipulado en unos Pactos de la ONU de 1966. Pues bien, el informe 4 del Consejo Asesor para la Transición Nacional explica en su página 13 que, según la ONU, dicho derecho solo se refiere a "situaciones coloniales".

También aludían a que la Comisión Venecia les daba la razón, cuando es precisamente todo lo contrario. Dice que no deben celebrarse referéndums hasta un año después de la promulgación de la reforma legal que los regule y que las autoridades no deben usar fondos públicos para hacer campaña, y que el referéndum debe organizarlo un órgano imparcial y que las autoridades deben ser neutrales.

Hasta el propio Consejo de Garantías Estatutarias desautorizaba la celebración del bautizado como 1-O. Han querido hacer fuegos de artificio con el sistema de convivencia que hace casi cuarenta años nos dimos a nosotros mismos. Han querido dinamitar nuestra Democracia.

La actuación de los mandos de la policía autonómica de Cataluña es muy grave, obedeciendo órdenes directas del Ejecutivo autonómico. Si los Mossos, como les fue ordenado, hubieran impedido de antemano la apertura de colegios electorales y retirado urnas, no hubiese existido el trabajo realizado por el Cuerpo Nacional de Policía y la Guardia Civil, y nos habríamos evitado muchas de las escenas lamentables que dieron la vuelta al mundo, muchas de ellas falsas.

Han intentado engañar a todo un pueblo para defender sus privilegios de manera dictatorial y manipuladora sin cumplir la Ley, y eso es imperdonable. Han tenido tantas prisas en amontonar una fortuna familiar de tal calibre, que han tenido que sacarla fuera de España y fuera de Cataluña. Esa Cataluña a la que tanto quieren y dicen defender, entre mentiras y montajes. A una parte de los catalanes se ha involucrado en la comisión de un delito colectivo sin precedentes, usando el independentismo como arma política, además del discurso fácil y populista de los supuestos mártires.

De este intento de golpe de estado solo se podría sacar una conclusión, de forma positiva, el volver a resurgir de forma contundente y definitiva, el amor España de todo un pueblo, que entre todos debemos cuidar. Nadie tiene derecho a fraccionar la soberanía nacional. Ante todo esto, solo podemos decir bien alto, una cosa; Que viva España. Me siento orgulloso de ser español y formar parte de un gran país.

*Senador por Tenerife

Portavoz del PP en el Ayuntamiento de La Laguna