En Canarias la práctica de la curandería ha estado y algo sigue arraigada en algunos ambientes como los rurales. Recuerdo de pequeño al curandero que, hábilmente, resolvía una luxación de hombro o a la curandera que fumando tabaco en pipa daba masajes en la barriga con aceite para aliviar el empacho o el estrés. Hasta ahí todo resultaba divertido e ingenioso, y a veces hasta eficaz. El problema llegaba cuando si por confiarse de esas "curaciones", la luxación acababa en una artrosis irreversible o el masajito se aplicaba a quien tenía una peritonitis por una apendicitis aguda, llegando tarde al quirófano.

Se recurría a remedios caseros bien porque no se disponía de una medicina oficial asequible, o por carencias económicas, o simplemente por cultura y tradición familiar. Claro que en esas circunstancias surge la picaresca, y los curanderos llegan a sustituir a médicos y a recibir ganancias económicas en algunos casos sustanciosas, cual fue el caso de un "cirujano" filipino que llegó a hacer creer en Tenerife que extirpaba tumores, con gran acogida y curiosidad por los medios de comunicación, cuando realmente lo que mostraba tras la "intervención quirúrgica" era una torunda de algodón empapada en tinta roja, que hábilmente desaparecía sin que se enviara a estudio anatomopatológico. Lamentablemente, hasta hubo algún médico que se sintió hechizado por aquel espectáculo singular apoyado por llamativas colas de pacientes, generalmente con procesos incurables o desencantados de la medicina oficial. Del filipino nunca más se supo, y del dinero en metálico que cobró mucho menos.

Poco a poco ha ido en aumento la práctica de lo que actualmente se consideran "medicinas alternativas", basadas en culturas orientales o precolombinas, no reconocidas por la medicina occidental, por las que se interesan pacientes que prefieren tratamientos considerados más naturales que las sustancias químicas y farmacológicas que suelen utilizarse en la medicina oficial. La tragedia surge cuando pretenden resolver patologías complejas mediante prácticas o componentes no resolutivos, demorando su curación o empeorándola. Para la medicina "oficial", por medicinas alternativas se entienden aquellas que dicen tener efectos sanadores sin que, al parecer, estén basadas en pruebas científicas, como son la homeopatía, naturopatía, quiropraxia, curación energética, ozonoterapia, radiestesia, acupuntura o la medicina tradicional china, ajenas a lo que se considera medicina científica. Actualmente existe la tendencia de combinarlas o complementarlas con la científica, de ahí el término de medicina integrativa.

Siendo miembro de la Comisión de Sanidad del Senado, recibí en 2004 la visita de la Federación Española de Médicos Homeópatas, que fomentaba la investigación y desarrollo del conocimiento de la homeopatía, trasladando a petición de ella a dicha Comisión y al PSOE sus aspiraciones. El pasado 21 de septiembre, en un debate sobre terapias alternativas, la Comisión de Sanidad del Congreso de los Diputados abordó la necesidad de combatir el fenómeno de las pseudoterapias en cuanto técnicas supuestamente curativas sin respaldo científico, que confunden y pueden poner en peligro la salud de los pacientes, mientras que la Asamblea Nacional de Homeopatía aglutina a médicos, farmacéuticos y veterinarios que trabajan con este método terapéutico y también con medicamentos "oficiales", y la OMS recomienda en su informe 2014-2023 que se estudie su posible integración en los sistemas de salud de países miembros.

En el PSOE opinamos que nos encontramos ante una cuestión muy delicada que precisa de una ordenación y legislación clara y actualizada, porque si bien es cierto que son licenciados en Medicina y están colegiados quienes en algunos casos ejercen medicinas alternativas, éstas, mientras no se aporten evidencias científicas, no pueden incorporarse al Sistema Nacional de Salud, mostrando nuestra preocupación por la proliferación de pseudoterapias, alertando a la población sobre sus riesgos, una obligación que es responsabilidad del Ministerio de Sanidad y del Gobierno de Canarias en nuestro caso, a quienes instamos a que pongan en orden sus prácticas.

El PSOE, fundado en 1879 por un grupo de trabajadores, entre ellos cuatro médicos y un científico, sigue fiel al principio de basar las políticas públicas en el conocimiento científico, de tal forma que, estando abiertos al diálogo, la inclusión de nuevos profesionales y productos deben superar los más altos niveles de exigencia médica y científica.

*Doctor en Medicina y Cirugía. Secretario de Sanidad, Salud y Consumo en la Comisión Ejecutiva Regional del PSOE en Canarias

@JVGBethencourt

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