Canarias se ha convertido en el escenario cinematográfico ideal para la producción de películas de terror. Pese a vender el turismo y la naturaleza como valores inalienables, las condiciones sociales han permitido el efecto llamada del séptimo arte para el rodaje de cortos y largometrajes en platós tan atractivos como barrios y ciudades del Archipiélago. Actores principales y secundarios que sin quererlo han convertido a su tierra en un cuadrilátero para la supervivencia social y económica. El título de la película no deja lugar a dudas: el 44,6 % de los canarios está en riesgo de pobreza, siendo la tasa más alta del país. Son datos que deberían ruborizar a los responsables públicos, más pendientes del fingimiento en el Parlamento que de los problemas innegables del pueblo. Ahora no procede culpabilizar al Estado, es el momento de asumir las cuentas propias y girar la balanza del lado de los que sufren. La alarma es máxima, dado que se trata de una tasa que dobla la media de la Unión Europea (23 %) y que coloca a las Islas a la cabeza de España en este problema social. Según aclara el último informe de la Red Europea de Lucha contra la Pobreza (EAPN), unas 13 millones de personas, el 27,9 % de la población, se encontraban en riesgo de pobreza o exclusión social en España en 2016 (345.000 personas menos que en 2015), pero la pobreza ha aumentado en general, ya que hay colectivos que no mejoran, según el último informe de la EAPN. No hace falta tomar el disfraz de experto en datos y estadística para valorar el alcance y la gravedad del indicador Arope, que sitúa las tasas más altas (con mayor riesgo de pobreza y exclusión) en Canarias -44,6 %- Ceuta -41,9 %- y Andalucía -41,7 %-, mientras que las más bajas corresponden a Navarra -13 %-, País Vasco -17,6 %-, La Rioja -17,4 %- y Cataluña -17,9 %-. También se encuentran por encima de la media nacional Castilla-La Mancha, con una tasa de riesgo de pobreza del 37,9 %; Extremadura, con 35,8 %; Murcia, con 34,8 %; Valencia, con 30,5 %, y Melilla, con 29,3 %. Por debajo de la media están Galicia, con 25,4 %; Cantabria, con 24,6 %; Castilla y León, con 23,2 %, Madrid, con 21,7 %, Baleares, con 19,1 %; Aragón, con 18,7 %, y Asturias, con 18,5 %. Qué sería de los miles de canarios carentes de recursos sin la lucha y el esfuerzo titánico del tercer sector, de las entidades sin ánimo de lucro que ayudan a aquellos que no pueden ofrecer a su prole tres comidas al día o se ven abocados a comer o pagar el alquiler. La realidad que proyectamos de la bonanza del turismo sigue chocando con la coyuntura que se vive en nuestra tierra. Lo que nunca imaginamos, con colas para pedir comida y ropa, o ancianos buscando restos de víveres en los contenedores, se ha convertido en estampa no poco habitual en las ciudades donde vivimos. La fractura social no se ha evidenciado en su máxima expresión como consecuencia de la economía sumergida y la solidaridad de los canarios como pueblo. Sin embargo, todo tiene un límite. ¿Hasta dónde vamos a llegar?

@LuisfeblesC