Solo a un zoquete como Luis Alegre, profesor de filosofía y fundador de Podemos, se le puede ocurrir decir que existe una supremacía homosexual. Chiquita una perla para cubrirse de gloria. En medio de una encrucijada histórica que lucha por igualar en derechos a los desiguales en criterio, este lince se despacha afirmando que los gais son más libres y que, además, al no encajar en ninguna casilla, son capaces de planteárselas todas. Y lo que dice, además de injusto, es mentira. ¿Qué pasa? ¿Que solo los homosexuales tienen capacidad analítica para según qué temas? Y si es así, ¿para otros no? No recuerdo una reflexión tan desafortunada para promocionar un libro propio desde la invención del papel.

Irene Hernández Velasco, que es la periodista de El Mundo que le realiza la entrevista, se queda espantada mientras se descubre mujer, heterosexual y capaz de poner en solfa cada uno de los corsés de la sociedad que nos ha tocado: como yo, como todos. Los homosexuales, querido señor Alegre (y que tan alegremente se despacha), encajan perfectamente en mil casillas y dejan de encajar en otras tropecientas mil, pero nunca por ser homosexuales. Si este es el prólogo de su "Elogio a la homosexualidad", prefiero ni ojear un libro con tres pecados morales: la generalización, la suposición y, por supuesto, ser de Podemos.

@JC_Alberto