Las fuerzas armadas de Marruecos han ido creciendo durante los últimos tiempos de manera considerable. En estos momentos ya dispone de 24 cazas estadounidenses; una nueva base naval, por las pretensiones de Rabat para ocupar un espacio que tenía fuera de su control, que es el referente al estrecho de Gibraltar, motivo por el cual ha solicitado un pedido para hacerse con su primer submarino, que colaborará con el ejército de tierra, que, según informaciones, ya cuenta con 162 carros modernos, que junto a los anteriores 250 se puede decir que dispone de un ejército nada despreciable.

Pero lo más reciente y que supone un salto cualitativo con respecto a los países de la zona, y más concretamente a Argelia, es la obtención de un satélite de fabricación francesa, el cual podrá verificar quinientas imágenes diarias que enviarán a su centro de control. Si esto es así y se consolida, Marruecos será el tercer país africano dotado con este medio.

Que los ejércitos se rearmen y modernicen nos parece bien, pues es su lógica sustentada sobre posibles ataques del yihadismo, que se ha convertido en una amenaza planetaria, con lo cual todos aquellos dispositivos que los países dispongan a este fin serán bien recibidos.

Nos parece que toda esta cuestión del rearme marroquí (a pesar de que siempre se ha declarado amigo de España y hace esfuerzos por entrar en la Unión Europea) tiene una cara ambigua, y produce una cierta preocupación a Canarias.

No olvidemos que en el despacho del rey alauí (y desde su abuelo Mohamed VI) existe el mapa del Gran Magreb, que incluye, entre otros territorios a Canarias. Y, además, son históricas también las dificultades existentes para determinar la mediana que separa las Islas del Sahara Occidental, que, por otra parte, es un territorio que está en litigio en las Naciones Unidas.

Y, además, cuando surge la cuestión del telurio -y por la riqueza que su extracción comporta-, Marruecos se descuelga manifestando que tiene soberanía sobre las aguas del Archipiélago, porque su plataforma marina llega a las 2oo millas, ocupando prácticamente toda la Zona Económica Exclusiva.

Con la práctica de este satélite se observarán los movimientos de tropas y demás asuntos militares concernientes a Canarias, y como la seguridad de las Islas dependen de muchas cuestiones, esta nos debe preocupar, y no pase de largo como si no fuera con nosotros.

No es muy agradable sentirse vigilado, y menos desde plataformas tecnológicas, que no se sabe qué fin persiguen, y cuando existen reivindicación históricas, como siempre ha existido, sobre Canarias no debemos orillar la preocupación que todos estos datos observables puedan no ser compartidos, máxime cuando se sabe que ha habido maniobras conjuntas del ejército español, marroquí , estadounidense y el tunecino.