El Gobierno de Canarias aprobó esta semana lo que ha venido a calificar como el mayor presupuesto de la historia de las Islas. Unas cuentas que, efectivamente, suben un 12,9% respecto a las elaboradas para el presente año, al ascender a 8.239 millones de euros, 938 millones más que las de 2017. Pero si la cuantía justifica que se les aplique el citado calificativo, más aún el objetivo marcado por el presidente del Ejecutivo, Fernando Clavijo, que pretende impulsar con ellas un cambio en el modelo productivo del Archipiélago. Tras la reciente publicación de los datos referidos a los canarios que aún corren el riesgo de caer en la pobreza severa o vivir en la exclusión, a pesar de que la situación económica de la Comunidad Autónoma empieza a mostrar evidentes síntomas de recuperación, Canarias debe plantearse, sin más dilación, ponerle fin a un problema considerado como crónico y estructural. El propio Clavijo aprovechó este viernes el Encuentro de Líderes organizado por el Grupo de Comunicación EL DÍA y la Cadena Ser para espolear a los numerosos empresarios y representantes sindicales y sociales presentes a continuar por esta senda, pues se trata de una tarea a realizar de forma conjunta, no solo por el Gobierno. Este propósito marcado por el presidente del Ejecutivo es el que realmente convierte a las cuentas de 2018 en históricas.

Capítulo aparte, dentro de las citadas cuentas, es la aportación que recibe el Archipiélago como consecuencia de la separación del Régimen Económico y Fiscal canario del sistema de financiación autonómica, una cuestión cuya importancia no ha calado todavía lo suficiente en la ciudadanía. Sobre todo para defenderla. Gracias a esta medida, las Islas reciben una cantidad adicional para cubrir sus servicios básicos y los presupuestos crecen hasta alcanzar cifras históricas. Se trata de uno de los mayores logros económicos de los últimos años, como bien ha señalado alguno de los actuales actores políticos de la Comunidad Autónoma, ya que reconoce las singularidades de Canarias y permite que se beneficie en mejores condiciones del Fondo de Competitividad.

Las colas registradas esta semana en la TF-5 ponen de manifiesto una vez más que las inversiones en carreteras son prioritarias para Tenerife. El consejero regional de Obras Públicas, Pablo Rodríguez, debería poner más empeño en buscar una solución a este problema. La situación por la que pasan miles de personas todos los días, al trasladarse de su casa al trabajo y viceversa, aguantando retenciones en las autopistas de la Isla, es bastante grave como para quedarse al margen. Está claro que él no tiene la culpa de lo que ocurre, pues lleva apenas un año al frente de ese departamento, pero como responsable del mismo está obligado a liderar su resolución. De momento no se ve su esfuerzo. Incluso se le ve más preocupado de que salga adelante la segunda fase de la carretera de La Aldea, en Gran Canaria. Habrá que confiar en que sepa anteponer las responsabilidades de su cargo a la querencia por su lugar de origen.