"Perteneciente o relativo al símbolo o expresado por medio de él". Y "símbolo" es definido por la Real Academia de la Lengua Española, en su primera acepción, como: "Representación sensorialmente perceptible de una realidad, en virtud de rasgos que se asocian con ésta por una convención socialmente aceptada".

Decía la señora Forcadell (presidenta de la Comisión Permanente del disuelto "Parlament de Catalunya") ante el juez del TS, que le tomaba declaración el pasado día 9 de noviembre, que la Declaración Unilateral de Independencia (DUI) aprobada en sesión plenaria del Parlament el día 27 de octubre fue un "acto simbólico" carente de efecto jurídico. Y el juez se lo tragó. Y en virtud de ello sólo la mandó a pernoctar en Alcalá Meco por el tiempo necesario hasta que depositase una fianza de 150.000 euros, porque, además, declaraba compromiso de respeto a la Constitución y otras expresiones retóricas de similar calado.

A partir de tal declaración venía a reconocer o argumentar la señora Forcadell que lo acontecido el 1 de octubre, el pseudoreferéndum, fue también un acto simbólico que daría lugar al acto simbólico parlamentario del 27 O. Y que la banda del garrote (alcaldes "catalonios") constituida en la escalinata del Parlament y los discursos de los señores Junqueras y Puigdemont en aquel lugar, todo ello ante su presencia, fueron actos simbólicos. Y que la sesión plenaria en que el presidente de la Generalitat declaró la independencia de Cataluña y la suspendía unos segundos después fue un acto simbólico. Y que la sesión plenaria en que los diputados "catalonios" aprobaban la ley de referéndum y la ley de transistoriedad fue un acto simbólico. Y así, tiempos pretéritos cargados de una plétora de actos simbólicos secesionistas, independentistas. Pues qué bien.

La verdad es que, ante la expectación de las cámaras de medios informativos a las puertas de Alcalá Meco y ante la tardanza en arribar al lugar, pensé que la señora Forcadell iba camino de La Junquera. Al fin, el coche en que se decía iba la señora accedió al recinto penitenciario. Supongo que iba dentro. Para mí, era la "representación sensorialmente perceptible de una realidad". O sea, otro acto simbólico. Y hoy, 11 de noviembre de 2017, la señora Forcadell estará en cuerpo y alma (si cree tenerla) con sus huestes de ANC en las movilizaciones anunciadas en Barcelona como acto simbólico pro independencia.

Y el señor Puigdemont, cual Carioco fugado de Cataluña y por tanto de España, desarrollando actos simbólicos pro independencia en lugares de Bélgica y erigido en presidente del "Gobierno de Cataluña en el exilio" ante la banda del garrote, que también se ha desplazado a aquel lugar prostituyendo sus bastones de mando. Todo un sistema de representación de creencias, conceptos y sucesos. Simbolismo puro.