Este interesante programa de la 2 de Televisión Española que se emite todos los días por la tarde, es un compendio de gastronomía, arquitectura, cultura y ocio de Francia, visto a través de la encantadora y guapa Julie, protagonista que busca a lo ancho y largo de su país las recetas más tradicionales de su tierra, esa comida conocida como la de nuestras abuelas y, en muchos casos, con platos que llevan haciéndose desde tiempos inmemoriales y que se han convertido en recetas heredadas por las generaciones de cada familia, o que llevan haciéndose con las mismas materias primas desde siempre.

Julie recorre caminos, calles y carreteras de su país, al volante de su coche rojo, tarareando bellas melodías del cancionero popular, demostrando un entusiasmo y una enorme vocación culinaria, y deber ser una mujer muy popular puesto que cada vez que llega a una gran ciudad, pueblo o aldea, la reciben afectuosamente. Transmite la pasión que siente por su trabajo, e impregna a los telespectadores de su entusiasmo cada vez que elabora un plato. Disfruta amasando con sus propias manos, cortando y troceando hortalizas, enseñando la jugosidad de carmes y pescados, todos los secretos de la cocina tradicional. Por supuesto que después lo degusta junto a la familia o acompañantes de cada programa, y normalmente les pide que preparen también la receta a su manera para comerlo en otro lugar que ella designa. Un menú completo de tres platos y postre, del que disfrutan en una fonda, un restaurante conocido, un castillo?, cualquier lugar emblemático o con un paisaje llamativo, vale para que una docena de comensales degusten la espléndida comida regada con un excelente vino de la zona. Y lo más importante, compartir, dialogar y hacer amistad.

Sin duda, un gran programa de entretenimiento para los que disfrutamos del arte culinario, con recetas del país considerado con la mejor gastronomía del mundo. Algo de lo que en España también podemos presumir, pues tenemos una extensa variedad de cocina tradicional en cada provincia, y muy buenos programas de televisión que nos deleitan con sabrosas recetas y enseñan la magnífica materia prima que crece en distintos parajes de nuestra geografía patria.

La gastronomía está de moda en nuestro país y se nota en la programación televisiva de los diferentes canales, algunos demasiado competitivos para mi gusto, como Master Chef en la 1, que presenta Eva González y que tiene de jurado a tres grandes cocineros, Samanta Vallejo-Nájera, Jordi Cruz y Pepe Rodríguez. Ese modo de tratar a los concursantes no va conmigo, parece que están en el cuartel: ¡Si, Chef! Igual que cuando hice el servicio militar: ¡Sí, mi sargento! ¡A sus órdenes mi sargento! Creo que los imperativos sobran, especialmente los de Jordi Cruz, al que considero un excelente cocinero y que se ha labrado un gran porvenir con varios restaurantes en Madrid. Dicen que se come muy bien pero que la materia es escasa y los sablazos de aupa, y que terminas por cruzar la calle y tomarte algo más contundente en la tasca de enfrente.

Lo cierto es que los programas entretienen y motivan a los jóvenes a adentrarse en una preciosa profesión, además de crear puestos de trabajo, pero esa cocina de fusión, con perlas de no se qué, hidrógeno o deconstrucción, dónde además pagas una fortuna por l5 platos de tapitas, los dejo para otros. A lo largo de mi vida laboral he tenido oportunidad de disfrutar de muy buena comida casera en la carretera, casi siempre donde paraban camioneros, así que me quedo con las recetas sencillas de Carlos Arguiñano.

En Canarias está cobrando interés la gastronomía. Hace tiempo que los profesionales han despertado, dejando atrás la fama de mala cocina, y pasando a liderar congresos con productos tan sencillos como nuestras papas arrugadas con mojo. En los sesenta estaban El Gambrinus, Sotomayor, Avenida? Ahora se come bien y hay donde elegir, restaurantes, tascas, casas de comida con calidad y buen servicio. Hay mucha gente ocupada en estos menesteres y movimiento laboral entorno a este sector, todos los días aparecen anuncios solicitando cocineros, planchistas o camareros, en algunos casos con idiomas, por lo que los gobernantes deberían aprovechar la demanda y dar oportunidad a esta sección de la economía.

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