Mucho se ha hablado estos días atrás sobre la huelga de celo de la Policía local de Santa Cruz y sobre casos puntuales en los que en vez de ser dialogante y tolerante con los vecinos, como es costumbre, se extrema el celo en el cumplimiento estricto de la normativa.

Como responsable máxima de Seguridad, entiendo el malestar de la gente que se ve perjudicada por una medida de presión sindical de la que no es responsable sino víctima.

Vaya por delante que no comparto en absoluto este tipo de acciones que ni benefician a la ciudad a la que todos nos debemos ni mucho menos al crédito social del cuerpo de Policía local de Santa Cruz.

Afortunadamente, esa actitud, que no es en absoluto atribuible al conjunto del cuerpo, ha cesado y se ha retomado la vía de diálogo. Diálogo que siempre ha ofrecido el Ayuntamiento y que mantiene abierto en búsqueda de soluciones razonables con el objetivo de mejorar la seguridad que prestamos a los ciudadanos.

Por eso, más allá de situaciones puntuales, quiero defender el buen nombre de la Policía local de Santa Cruz y lo haré tantas veces como haga falta: la Policía local de Santa Cruz está formada por personas honradas, que trabajan desde el respeto más escrupuloso al ordenamiento jurídico y que están dispuestas siempre a auxiliar al ciudadano en cualquier momento y circunstancia.

Y aunque alguno no lo crea, ahora es cuando debemos reforzar y apoyar más que nunca a nuestros policías, que dan la talla en la calle y se comportan con profesionalidad en todo momento.

Porque esos policías, que no salen en los periódicos ni en la radio ni en la televisión, son el mejor ejemplo que tenemos de dedicación, de sensatez y de servicio público con mayúsculas.

En estos días he llegado a escuchar a una concejal de la oposición que se dice ciudadana de Santa Cruz calificar al cuerpo policial como el "hazmerreír" de las policías locales de Tenerife.

Tanta osadía, quién sabe si por ignorancia o por pura frivolidad, a la hora de desprestigiar representa a mi juicio una falta de respeto no sólo a la propia policía, sino a la verdad.

No es de recibo que la Seguridad, también con mayúsculas, se convierta en un campo de batalla donde se diriman los intereses de unos u otros, sin tener siempre en consideración que hablamos de un servicio tan fundamental como sensible. No es ninguna broma ser policía, ni suele ser ninguna broma cuando los vecinos les demandan para algún servicio.

Mi propósito como responsable de Seguridad de la capital siempre ha sido proteger a la Policía local de debates demagógicos e irresponsables e invitar a todos, como ahora hago, a prestigiar un servicio público fundamental que, sin duda, merece el reconocimiento de Santa Cruz y de sus habitantes.

*Primera teniente de alcalde del Partido Popular y concejal de Seguridad del Ayuntamiento de Santa Cruz de Tenerife