Las pequeñas conquistas terminan siendo grandes avances si se perpetúan en el tiempo. Y en eso andamos toda la comunidad portuaria de Santa Cruz de Tenerife, trabajando desde hace un largo tiempo en muchos y variados frentes para recuperar la vitalidad necesaria y que genera tantas buenas noticias y tanta fortaleza para la sociedad tinerfeña en general.

En este campo de lucha comprometida, 2017 ha deparado algunos importantes avances. Entendiendo, eso sí, que aún queda camino por reconquistar, no podemos dejar de valorar de manera positiva algunos de los últimos acontecimientos que se han sucedido en la actualidad portuaria.

Un ejemplo claro, y muy esperado desde hace mucho tiempo, es la irrupción en nuestro puerto de un importante tráfico internacional, líder en el sector de transbordo, que ha supuesto un incremento notable en nuestra actividad, con aumento de hasta casi un 19 por ciento en el trabajo de carga y descarga de contenedores con respecto al año anterior por estas fechas. Esta nueva actividad avala ya a nuestro puerto de Santa Cruz de Tenerife como uno de los ejes de operaciones internacionales, y nos coloca en el mapa.

De esta manera, la visibilidad de Tenerife, y en concreto de nuestras instalaciones, se multiplica sobremanera y las oportunidades de negocio alrededor de este hecho también se incrementan considerablemente. Nos coloca también con conexiones a puertos que antes no teníamos, con lo cual la mercancía que viene a la isla puede reducir sus tiempos y su coste.

Llegado a este punto, claro está, ahora hay que afianzar este nuevo marco y proseguir con el trabajo de relanzamiento comercial del puerto, el mismo que poco a poco está sumando logros beneficiosos para todos: cruceros, plataformas, y un largo sinfín de actividad que demuestran que este puerto está vivo y que es un generador de empleo.

En este análisis de casi final de año tampoco podemos dejar de manifestar nuestra alegría por el inicio reciente de la actividad efectiva en el puerto de Granadilla, al que bien se le ha denominado como una dársena más del puerto, la dársena sur del puerto capitalino. Nuestra isla gana así en competitividad, una nueva fuente de oportunidades que, bien gestionada, deparará ventajas y beneficios notables para toda la sociedad tinerfeña. Y todo, claro está, sin olvidar que la matriz y el verdadero motor son y deben seguir siendo las instalaciones de Santa Cruz de Tenerife.

*Miembro del comité de Empresa de los estibadores de Santa Cruz de Tenerife