Son muchas las veces en las que uno necesita sacar lo que lleva dentro. Hay quien se desahoga con amigos, quien escribe y/o quien va a terapia. Esa necesidad interna de expresar en palabras o letras lo que tenemos dentro ayuda a ordenar y aclarar nuestra mente, a aliviar nuestro malestar y a buscar una solución a lo que nos preocupa. Muchas veces, solo con expresarlo ya es suficiente.

Es por ello, y a modo de reflexión ante las fechas que vienen, que vamos a ordenar nuestra cabeza y a darle un poco de sentido a nuestras últimas experiencias.

La llegada del encuentro con la familia y con aquellos con los que no solemos estar suele generar conflictos, internos y externos. Los "debería" se suceden y las obligaciones se materializan. El estrés al que estamos sometidos en la sociedad durante estas fechas hace que no estemos tanto en nosotros y estemos más en ellos. Aunque internamente vivamos buscando un poco de tiempo para poder centrarnos y encontrar algo de sentido a todo lo que nos esté pasando en el periodo anterior.

Llegamos a estas fechas con problemas, laborales, familiares o económicos. Hay parejas que quieren separarse, pero entienden que en estas fechas es más complicado y prefieren postergarlo para después. Hay quien tiene que llegar a una serie de objetivos laborales y a la fecha de hoy no sabe si podrá. Y están los que deben desembolsar una gran cantidad de dinero para hacer frente a unos regalos o a unos gastos y no sabe cómo poder hacerlo. Y luego están los que tienen todo junto.

Cegados por un frenesí de ilusiones o intentos de ellas, bajo la necesidad de tener buenos momentos para poder sentirnos mejor, nos alejamos de nosotros y nos envolvemos de cierto aire de magia, con buenas intenciones y grandes propósitos, esperando que las cosas se resuelvan, quizás solas, y que vengan mejores tiempos. Entramos en la corriente de la Navidad.

Ahora es cuando te digo: escúchate, necesitas ordenarte y desahogarte, sacar todo aquello que te causa malestar e intentar cambiar aquello que sabes que no haces bien. Te culpabilizas internamente de tus despropósitos y llevas el dolor en silencio. No puedes manifestarlo, qué se pensará de ti. Nuestro yo no está contento con algo: a veces sabemos qué es, otras andamos perdidos. Es el momento de reflexionar. Tomarte un tiempo para ti y reequilibrarte. Toca empezar el cambio. Así te lo pide tu parte interna, mientras que tu parte externa está en el caos de las fechas. ¡Qué agobio!, ¿no?

¿Cómo lo hacemos? La vida son prioridades, pues prioriza. Cuando nos desahogamos solemos empezar por problemas superfluos, pero a medida que se acaban llegan los verdaderos. Si quitamos la paja de nuestra cabeza, podemos encontrar lo que verdaderamente nos afecta. Quizás es un problema nuestro, de forma de actuar, de la que no estamos orgullosos; quizás es que llevamos mucho tiempo en una situación que se ha vuelto tan rutinaria que no somos capaces de verla; quizás es algo ajeno que te afecta... Hay muchos quizás. Por ello, empieza con: "Querido diario, hoy me siento ante ti para sacar todo aquello que me perturba. Vengo sin caretas, sin trampas, ni mentiras. Hoy seré sincera/o conmigo misma/o, porque necesito sentirme bien, en paz y liberarme de aquello que me atrapa cada día?"

Te vendrán respuestas e ideas. Aquellas que dependan de ti empieza a modificarlas. Hay que poner un poco de atención y paciencia contigo misma/o. Permítete fallar, pero no dejes de intentarlo. Llegará el momento en el que saldrá solo. Aquellas que dependen de otros asúmelas e intenta vivirlas lo mejor posible. Muchas veces, estar tan pendiente de lo malo no te hace disfrutar de lo bueno. Te pierdes muchas cosas. Te enfadas y te molestas. Vives en la rabia, el rencor, y eso te hace cometer errores, sobre todo con aquellos que sí están, aquellos que te apoyan y te escuchan. Aquellos que son tu saco de boxeo o tu colchón. Puedes perder a muchas personas en el camino, gente que sí merecía la pena. No lo permitas. Valora y sopesa. Vive el lado bueno de las cosas.

Tras hacer este paréntesis de reflexión y cambio, podrás enfrentarte mucho mejor a estas fechas tan delicadas. Los momentos malos serán menos malos. Tu sensatez y serenidad harán que tú y los tuyos se sientan mejor. Podrás saborear la magia, esta sí. Estar bien contigo misma/o es el mejor de los regalos que puedes hacerte a ti y a los que te quieren. ¿No te apetece?

*Psicóloga y terapeuta

anaortizpsicologa.blogspot.com.es