El ser humano lleva años buscando señales de vida inteligente fuera de nuestro planeta, aunque uno pueda preguntarse, a la vista de lo visto, si no deberían empezar por buscarla en casa. En los últimos años, el programa SETI ha rastreado en busca de señales de otras civilizaciones extraterrestres intentando detectar cualquier tipo de frecuencia no natural proveniente del espacio profundo.

Cada semana nos bombardean con nuevas expectativas de vida sin ni siquiera salir de nuestro sistema solar. Y se habla de la posibilidad de vida en Io o Europa, dos satélites de planetas solares. Y damos por segura la existencia de rastros de agua incluso en el árido desierto de Marte, donde pronto -o sea, dentro de no muchos años- llegará una misión tripulada de la NASA.

La posibilidad de vida se detecta por pequeñas señales. Son pistas que permiten a los científicos determinar, desde enormes distancias, si es posible que, a pesar de las condiciones extremas de una atmósfera determinada, puede existir algún tipo de organismo. En estos días, por ejemplo, se ha detectado la posibilidad de que en Galcerán 7, la sede de Coalición Canaria en Tenerife, se haya producido una serie de reacciones químicas capaces de haber generado un cierto tipo de actividad vital.

La señal, recogida con gran alborozo por la comunidad científica, ha sido el anuncio de reactivación de un boletín informativo en el que se pretende, según dicen en el partido, "dar voz a los afiliados". Uno desconocía que estuvieran afónicos. Incluso uno, que va arrastrándose entre espinas, pensaba que los afiliados tenían voz en los partidos políticos cuando se convocaban asambleas y esas cosas, porque dar voz a alguien en un boletín, para empezar, es bien jodido si el boletín, como parece, es escrito. Pero no será este pequeño detalle el que reduzca el alborozo. Francisco Linares, el secretario insular de CC en Tenerife, ha dicho que también servirá para dar a conocer las iniciativas que adopte el partido.

O sea, que no sólo hay señales de vida, sino además de pensamientos complejos. Coalición lleva sin pronunciarse sobre un tema candente de esta isla desde que se terminó la última pirámide (me refiero naturalmente a la de Güímar), así que después de atravesar los procelosos mares de espeso silencio con que se ha enfrentado el partido a la futura reforma electoral, la ruptura de los pactos de gobierno, la crisis catalana, los agujeros de los áridos o las cianobacterias, por citar algunas fruslerías, tenemos el anuncio de que Coalición en Tenerife no sólo existe, sino que, además, tiene previsto hacer pública su opinión en temas de interés general. En el boletín.

Una interesante noticia que se produce, además, sin que el Instituto de Astrofísica tenga que gastarse un duro apuntando una de esas grandes paelleras hacia el vacío sideral, donde se especulaba que se encontraba la existencia inorgánica de los nacionalistas.